domingo, 14 de mayo de 2017

Jesucristo Guevara


Parece que nuestros escritos sobre la Teología de la Liberación, expuestos en nuestros artículos “Cristianismo y comunismo”, en los que hacíamos referencia, entre otros, al “Che” Guevara, han molestado a ciertas personas que son incapaces de ver más allá de sus narices. Francamente, lo sentimos. Aprovechamos la ocasión para recordar a esas personas de la camiseta con la imagen del Che, algunas cosas y palabras pronunciadas por este sujeto.
En su día, la iglesia anglicana distribuía por el Reino Unido unos posters o panfletos con un rostro que era una mezcla entre la cara de Jesucristo y la del “Che” Guevara. Al pie de esos panfletos se podía leer: “Humilde. Dulce. Tal como es. A la iglesia el 4 de abril”.

Todo esto quería decir que el mensaje cristiano tenía carácter revolucionario. Desde luego, la calígine mental de ciertos pastores y clérigos es asombrosa porque, vamos a ver: puestos a establecer paralelismos encuadraría mejor el “Che” con Barrabás. Aunque, claro, esta última comparación es políticamente incorrecta.

El coronel golpista venezolano, Hugo Chávez, también comparó a Che Guevara con Jesucristo. Esto ya es más justificable, puesto que viene de un tarado mental.

Políticamente incorrectas son las palabras escritas por el “Che” en sus “Diarios de motocicleta”, libro que comenta su recorrido en moto por Chile, Colombia, Perú, Venezuela, etc, recorrido que comenzó en 1951 cuando sólo tenía 23 años. De esto se deduce que poco debía de trabajar para permitirse este lujazo. En dicha obra pone a los negros a la altura del betún.

Lean:

"Caracas se extiende a lo largo de un angosto valle que la ciñe y la oprime en sentido transversal, de modo que, a poco andar se inicia la trepada de los cerros que la circundan y la progresista ciudad queda tendida a nuestros pies, mientras se inicia un nuevo aspecto de su faz multifacética. Los negros, los mismos magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han visto invadidos sus reales por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués. Y las dos viejas razas han iniciado una dura vida en común poblada de rencillas y pequeñeces de toda índole. El desprecio y la pobreza los une en la lucha cotidiana, pero el diferente modo de encarar la vida los separa completamente; el negro indolente y soñador, se gasta sus pesitos en cualquier frivolidad o en "pegar unos palos", el europeo tiene una tradición de trabajo y de ahorro que lo persigue hasta este rincón de América y lo impulsa a progresar, aun independientemente de sus propias aspiraciones individuales."

Próximamente comentaremos el libro intitulado “Che Guevara”, autor Fernando Díaz Villanueva, Ediciones Dastin Export, 2.004, 287 páginas.


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