Y seguimos "recuperando la memoria histórica", pero la reciente.
Zapatero y sus 600 asesores creían en su día que para acabar con la crisis económica había que seguir con el gasto público, gasto que fue una auténtica orgía.
Así, cuando saltaban todas las alertas ante el descomunal incremento del déficit público, el gobierno de aquel Bobo Solemne aprobaba una reforma para la financiación de las autonomías con un coste de 12.000 millones de euros de aquellos tiempos. No le importaba el desastre en el que nos iba a meter. Lo único que le interesaba era la “estabilidad parlamentaria” para seguir en el poder.
El reparto de esos 12.000 millones adicionales, fue una auténtica injusticia porque estaba basado en el principio de que el que más tiene, más cobra. La defensa del débil, del necesitado, del más pobre, etc., principios estos teóricos del socialismo, brillaban por su ausencia.
Además de esto, como dijo el catedrático de economía D. Carlos Monasterio, esta financiación provocaría una crisis que podrría durar 20 años. ¡Casi nada!. La cosa es bien sencilla: no se puede tener un crecimiento acelerado del gasto, sin contar con los ingresos pertinentes. Y ya sabemos que éstos se desploman constantemente.
Otro dato curiosos es que la única autonomía que sabía a ciencia cierta lo que iba a recibir era Cataluña. Las demás, y sobre todo las de la misma cuerda que el gobierno, estaban satisfechas. Lo cierto era que las cantidades que anunciaban estas autonomías no cuadraban con la cantidad total anunciada por el Gobierno
En resumidas cuentas: el aquel nefasto gobierno de Zapatero anteponía sus intereses partidistas a los intereses generales de los españoles, despreciando el principio de solidaridad, principio que cacarea cuando le interesa, además de mostrar una inepcia y una irresponsabilidad al dispararse el gasto público.
¡Y que este sujeto aún aparezca por ahí dando lecciones!
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