Como recordarán, allá por el año 2009 se publicaron unas fotografías sobre el bochornoso espectáculo del hemiciclo del Congreso de Diputados prácticamente vacío. Hubo una sesión en la que de 350 señorías, o “señoríos”, sólo había 20. Si no nos falla la memoria, aquella fue la tercera vez que el PP perdía una votación porque sus señorías, o “señoríos”, estaban ausentes, entre ellos Rajoy. Así, no pudo prosperar la censura a la ministra Chacón por la retirada de Kosovo.
Para más INRI la portavoz popular, Beatriz Rodríguez, había dicho que la reprobación “en todo lo que concierne a la misión internacional en Kosovo”, se haría en el próximo pleno del 21 de abril de aquel año 2009, es decir, el día de las ausencias de sus señorías y “señoríos”.
¿Qué se puede pensar de estas ausencias que, en muchas ocasiones, suelen ser habituales? Se pueden hacer muchas consideraciones. Así:
Quien no quiera ser señoría o “señorío” que renuncie a su escaño y, por supuesto, que no cobre.
Si toda la maquinaria burocrático-administrativa, tanto a nivel local, autonómico o estatal con tantos parlamentarios, diputados, etc, etc, es ineficaz, pues que se desmonte todo el tinglado.
Proponemos que fichen, o que pasen lista, y a las 5 faltas, se les quite el escañó y el sueldo.
Dicen algunas de sus señorías, y “señoríos”, que tienen exceso de tareas. Si es así, que renuncien, ya que si tienen un poco de vergüenza deberían pensar que las decisiones que tomen van a redundar en beneficio, o perjuicio, del resto de los españoles.
Además hay otra asunto: si les pagan lo mismo acudiendo o no acudiendo a su puesto, ¿qué sucedería si en las empresas se pagase a los trabajadores lo mismo yendo al trabajo que ausentándose?
Según comentó el diario “El País” en su día, sólo 45 ( un 13 % del total) diputados tienen dedicación exclusiva ¿Qué hace el resto? ¿Dedicarse a sus negocios? ¿No ausentarse de sus “escaños” locales en las corporaciones municipales porque allí sus ausencias se notarían?
Cuando no hay votaciones, ¿para qué van? Da la sensación que sólo van para aplaudir a los suyos y a berrear y patear a los contrarios.
Claro que a lo mejor muchos no van porque les pueden pillar las cámaras echando un “sueñín" o haciendo un crucigrama y, claro, en estas condiciones no hay quien trabaje con esmero.
Teniendo en cuenta que lo que tenemos es una auténtica partitocracia, con sus listas cerradas, disciplina de voto, “cierre de filas”, etc, sólo haría falta que fuesen tres o cuatro representantes de cada partido. El resto sobraría, a no ser que les guste hacer la ola como en los partidos de fútbol.
Quien no quiera ser señoría o “señorío” que renuncie a su escaño y, por supuesto, que no cobre.
Si toda la maquinaria burocrático-administrativa, tanto a nivel local, autonómico o estatal con tantos parlamentarios, diputados, etc, etc, es ineficaz, pues que se desmonte todo el tinglado.
Proponemos que fichen, o que pasen lista, y a las 5 faltas, se les quite el escañó y el sueldo.
Dicen algunas de sus señorías, y “señoríos”, que tienen exceso de tareas. Si es así, que renuncien, ya que si tienen un poco de vergüenza deberían pensar que las decisiones que tomen van a redundar en beneficio, o perjuicio, del resto de los españoles.
Además hay otra asunto: si les pagan lo mismo acudiendo o no acudiendo a su puesto, ¿qué sucedería si en las empresas se pagase a los trabajadores lo mismo yendo al trabajo que ausentándose?
Según comentó el diario “El País” en su día, sólo 45 ( un 13 % del total) diputados tienen dedicación exclusiva ¿Qué hace el resto? ¿Dedicarse a sus negocios? ¿No ausentarse de sus “escaños” locales en las corporaciones municipales porque allí sus ausencias se notarían?
Cuando no hay votaciones, ¿para qué van? Da la sensación que sólo van para aplaudir a los suyos y a berrear y patear a los contrarios.
Claro que a lo mejor muchos no van porque les pueden pillar las cámaras echando un “sueñín" o haciendo un crucigrama y, claro, en estas condiciones no hay quien trabaje con esmero.
Teniendo en cuenta que lo que tenemos es una auténtica partitocracia, con sus listas cerradas, disciplina de voto, “cierre de filas”, etc, sólo haría falta que fuesen tres o cuatro representantes de cada partido. El resto sobraría, a no ser que les guste hacer la ola como en los partidos de fútbol.
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