Hay que recuperar la “memoria democrática”, oiga.
Como ya saben, la revolución que tuvo lugar en Rusia,
y debido a la gran propaganda que se le dio, despertó una enorme simpatía e
interés en medio mundo. Muy poca gente se percató de los peligros implícitos
que traía pues, entre otras cosas, había sido un auténtico golpe de mano
emprendido y auspiciado por una minoría de revolucionarios pertenecientes al
partido bolchevique.
Como no podía ser de otra manera, apareció la leyenda
y la fábula que tal revolución era el resultado de una lucha y enfrentamiento
de masas, sin comentar nada del terror y masacres contra obreros y campesinos
que no estaban de acuerdo con lo que venía encima, surgiendo la masacre de los
obreros de Kronstadt que tuvo lugar tal día como hoy 17 de marzo, pero de 1921,
amén de otras.
Stalin, ya desaparecido el terrorífico Lenin, y una
vez ya en el poder, burocratizó todos los puestos del partido, a la vez que
eliminó a sus contrincantes y adversarios Zinoviev, Trostky, Kamenez, Bujarin y
otros, creando los gulags, deportaciones, represiones, etc, etc
El sistema que creó “El padre de todos los pueblos”,
“Koba, el temible”, “El hombre que más amamos”, es decir, Stalin, fue un
régimen cuyo ejército invadió territorios de otros países, oprimiéndolos bajo
su yugo. También fue un régimen que no supo, o no quiso distinguir, entre una
revolución de carácter social, y un ataque armado.
Por otra parte, por mucho que digan que fue un sistema
democrático, los dirigentes se nombraban a sí mismos para los altos y grandes
cargos para, entre otras cosas, seguir las instrucciones del panel del “agit-prop”
y hacer que los ciudadanos tuviesen el mismo parecer y opinión sobre cualquier
cosa, ya fuese en temas como historia, filosofía, política, economía, o
etnografía peruana, oiga.
También fue un sistema que definía, precisaba y limitaba
los derechos y obligaciones del pueblo, sin que éste pudiese hacer lo mismo con
la “nomenklatura” del régimen, que hacía que el número de funcionarios aumentase
descaradamente, creando trabajos forzados para obreros y campesinos.
Como ya se sabe, aunque se niegue, el sistema no permitía
ningún tipo de libertad, estando el pueblo sometido a la coacción, aunque se le
distraía con el tema de la “educación”, que no era más que un auténtico lavado
de cerebro que intentaba persuadir al pueblo, pero manipulándolo.
¿Cómo es posible que haya aún gente por ahí que quiera
este sistema? ¿Cómo es posible, asimismo, como ya hemos dicho varias veces, que
se añore un régimen de bota, bozal, grillete, zahúrda, oír, ver, callar y sin
ningún tipo de respeto a opiniones y pareceres contrarios?
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