Como ya saben, la “recuperación de la memoria histórica” y la de la “memoria democrática” de su “Sanchidad”, prácticamente están en manos de “historieteros” que, con sus “talantes” y sus ideologías que ocultan y disimulan, están armando una muy gorda, como lo prueban las burradas y disparates que contestan los educandos.
El historiador es el que busca la verdad
sobre lo acontecido, mirando lo ocurrido y mirando también a personajes y
protagonistas, sin espejismos y sin simpatías, sin interpretaciones parciales,
que más bien parecen mitos y leyendas, y también sin odios y sin rencores. Sobre
esto ya comentaba Miguel de Unamuno hablando de los “hunos” y de los hotros”.
Sobre los protagonistas y personajes,
dichos “historieteros” comentan lo que les viene en gana, omitiendo lo que también
les viene en gana ¿Comentan algo sobre lo que dijo en su día el “filosovietista”
Juan Negrín?: “Las causas de nuestra derrota, yo
sostuve y sostengo que se debieron más a nuestra inconmensurable incompetencia,
a nuestra falta de moral, a las intrigas, celos y divisiones que corrompían la
retaguardia, y por último a nuestra inmensa cobardía, que a la carencia de
armas.”
Hay varios historiadores que
sostienen que, tanto para Manuel Azaña, como para Largo Caballero, consideraban
a aquella República como una “democracia revolucionaria”.
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