Y seguimos con el tema de lo acontecido en aquella
nefasta Segunda República Española que fue un “legado de luz”, según
manifestó su “Sanchidad” en su día por aquello de “recuperar la memoria
democrática” suya, y la “memoria histórica” de su colega Zapatero.
Y continuamos con la revolución de octubre de 1934 en
Asturias.
Ya hemos comentado en otra ocasión sobre los mártires
de Turón, localidad asturiana perteneciente al concejo de Mieres. Fueron
asesinados ocho religiosos del colegio La Salle, junto con otro religioso del
convento de los padres Pasionistas mierenses.
Dichos religiosos fueron beatificados en abril de
1990, sin que el gobierno socialista de Asturias de aquel entonces acudiera a
tal evento, así como tampoco fueron los miembros del ayuntamiento de Mieres,
también socialistas. Esto, y otras cosas, aparecen en el periódico “La Nueva
España” de fecha 22 de abril de 1990, página 25, como pueden ver en imagen.
El odio que socialistas y comunistas tienen a la
religión cristiana, quedó demostrado en aquellos días, como lo prueban las
palabras del líder comunista Jesús Hernández, a la sazón ministro del gobierno
del filo marxista Largo Caballero, “el Lenin español”. Dicho ministro envió una
carta telegrama a Moscú al congreso de los “Sin Dios”, que decía:
“Vuestra lucha contra la religión es
también la nuestra. Tenemos el deber de hacer de España una tierra de ateos
militantes” ( “Historia de la persecución
religiosa en España 1936-1939”, autor Antonio Montero Moreno, Biblioteca
Autores Cristianos, Madrid 1961, página 41).
Sobre este asunto conviene recordar la celebración del
“Juicio del Estado Soviético contra Dios”, al que se le condenó a muerte con el
disparo de unas ráfagas de ametralladora en dirección al cielo.
Dicho odio no lo sentían todos los mineros. Con motivo
de la beatificación de dichos religiosos, en el citado diario de “La Nueva
España”, de fecha sábado 11 de diciembre de 1999, en la sección “Cartas al
director”, página 83, aparece una carta de un minero jubilado llamado Antonio
Rodríguez Fernández, carta escrita desde Burlada (Navarra). El último párrafo,
como pueden ver en la imagen, dice:
“La cuenca minera asturiana
debe sentirse tan orgullosa como agradecida de haber encomendado la enseñanza
de los hijos de los trabajadores a quienes se instalaron en Asturias sólo para
hacer el bien, hasta el punto de dar la vida por su fidelidad a tan noble
vocación como es la de enseñar al que no sabe”.
Aquellas autoridades asturianas socialistas, como
decíamos antes, no acudieron a la beatificación de estos religiosos diciendo,
entre otras cosas, que era una celebración “de exclusivo carácter religioso”.
(Periódico “La Nueva España” de fecha 9 de noviembre de 1999, página 28, como
pueden ver en imagen).
Por otra parte, el representante de La Salle en
España, el religioso José Antolínez, manifestó que le habría gustado que parte
del gobierno asturiano hubiese estado en Roma. A tal efecto el Obispo de Oviedo
dijo que “El recuerdo de los mártires no tiene ningún sentido de revancha
contra los que los sacrificaron” (Mismo diario de fecha y página anterior).
Como siempre decimos, ¿habrán comentado algo sobre
todo esto su “Sanchidad” y Sor Yolanda con el Papa, cuando le visitaron?
Continuará.
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