No se entiende muy cómo personas que no pueden engendrar por razones de homosexualidad, puedan tener una especie de ansia por “tener familia”, llegando a adoptar un niño o una niña que a lo peor terminarán adaptándola a su modo de ser y de pensar ¿Les conviene a estos pequeños seres tener como “padres” a una pareja homosexual, ya sean lesbianas o invertidos?
No cabe duda de que estos pequeños, cuando vayan
creciendo, verán que la “familia” en la que están no es como las otras, en
donde aparecen un hombre y una mujer como padre y madre, mientras que ellos
tienen por padre y madre dos seres del mismo sexo. Esto tiene que ser para
ellos como un electroshock, palabra esta que inexplicablemente no figura en el
Diccionario de los “inmortales” de la RAE.
Como ya se supone, dichos niños y niñas serán educados
con las mismas tendencias e inclinaciones de sus “padres”. Como es lógico,
cuando sean mayores bucarán a otra persona de su mismo sexo con la intención de
crear un hogar con hijos, dándose cuenta de que esto no puede ser.
En fin, lo peor del asunto es que en este tema
intervienen feministas radicales, abortistas, elementos, elementas y
“elementes” “trans” y LGTB, y también politicastros con el único objeto de
sacar votos.
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