George Orwell, en su
celebérrima novela intitulada “
Actualmente la sociedad española vive manipulada, dirigida, vigilada y mediatizada por la propaganda descarada y la censura subliminal de los mass-media media. El Gran Hermano orwelliano campa por sus respetos.
El engaño, la ficción, el embeleco y la mentira están haciendo verdaderos estragos en la sociedad. Ya decía la gran intelectual germano-americana Hannah Arendt que “el germen del totalitarismo aparece cuando ya no se distinguen la verdad de la mentira, ni la realidad de la ficción”.
Todo esto acaba imponiendo patrones políticos, culturales y hasta de comportamiento porque los eslóganes audiovisuales se han convertido en máximas universales. Así se crean personas dóciles, dúctiles y maleables que, ante cualquier evento, por ejemplo unas elecciones, responderán de forma automática a lo establecido.
Otro asunto grave es que las personas, muchas sin saberlo y sin darse cuenta, se expresan utilizando una serie de tópicos, lemas y consignas lanzadas mediáticamente que las induce a huir del diálogo y, en muchos casos, las hace sustituir la lectura y la escritura por la imagen. Imagen que será utilizada no como medio de comunicación, sino como simple transmisor de órdenes.
Se llega así a un nihilismo
que va creando mitos y más mitos, principalmente de índole político. Por
ejemplo: que los gobiernos de derechas reducen las libertades, trayendo nuevas
inquisiciones. Hay más monsergas, pero no merece la pena citarlas.
Para terminar, citaremos una frase del filósofo francés Gilles Deleuze:
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