Sí, todo es de “género”:
violencia de género, ideología de género, estudios de género, etc. Intentan definir
la palabra “género” como un conjunto que no se sabe si son normas, reglamentos
o convenciones sociales que tratan de explicar, o de diferenciar, según los
casos, el comportamiento sexual de las personas. Desde luego, nada tiene que
ver esto con la definición de tal palabra que figura en el Diccionario de la RAE . . .aunque, bueno, en la
España de su “Sanchidad” y de sor Yolanda, se puede esperar de todo, incluso
que cambie hasta la ley del cambio.
Como ya dijimos en otra
ocasión, el asunto viene de lejos cuando en el año 1.949 la ínclita Simone de
Beauvoir dijo aquello de que “una no nace
mujer, sino que se hace mujer”. Esta monstruosidad sirvió para que muchos,
machas y “muches”, comenzaran a hacer su particular interpretación sobre la
igualdad y la diferencia de sexos, tema este presente en medio mundo.
Esta “ideología de género”
está sembrando unos principios que traerán unas consecuencias terribles. Así,
esta “ideología” no ve bien la familia tradicional compuesta por madre, padre e
hijos y, desde luego, el padre es el gran perdedor ya que es el maltratador por
excelencia.
Luego está la consideración
que se hace de la mujer: tiene que ser fuerte, que compita con el hombre en
todos los terrenos y que sea tan hombre como el que más. Claro que aquí habría
que determinar a qué clase de hombre se refiere . . . porque a lo mejor es
“hombra” y la cosa ya cambia.
Si bien el “marido” (otra vez
hay que hacer matizaciones porque hay “maridas”) se le considera como un ser
que comparte las tareas del hogar, incluida la crianza de los hijos (otra vez
habrá que hacer matizaciones porque hay “matrimonios” que no pueden reproducirse),
pues eso, que comparte las tareas antes mencionadas, se le considera prescindible
y que en muchas ocasiones pude llegar hasta ser desechable.
Cuando hay que atacar al
marido verdadero, al auténtico padre, no hay problema ninguno: las leyes de
género, las “presunciones de inocencia” y todo el galimatías montado para
sentar anómalas jurisprudencias, se encargan de todo. Y en este todo está el
arrinconamiento y destrucción de la familia tradicional, sustituyéndola por la
monoparental y monofilial, o por la “gay-monial”, aunque no exista
reproducción.
Cuando dices a esta gente que
la familia es uno de los pilares centrales de toda sociedad, incluso el más
importante, se echa a reír.
En fin, una sociedad como la
actual que se va empobreciendo paulatinamente porque reniega de sus valores
tradicionales, acabará desapareciendo. Y la historia, claro, la escribirán
otros, aunque saldrán los somatenes de siempre diciendo que es mentira.
En la próxima entrega veremos
el origen marxista de esta ideología de género.
Continuará.
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