Así se intitula el libro de D. Amadeo
Martínez Inglés, coronel del Ejército Español, historiador, publicado por
Styria de Ediciones y Publicaciones S.L., con primera edición en febrero de
2.008, 416 páginas, incluido el índice onomástico.
La verdad es que no sabemos cómo
empezar a comentar este libro. Nos ha producido un gran estupor e indignación. Como
ya sabrán, el libro trata sobre la vida de Juan Carlos de Borbón. Nosotros vamos
a transcribir lo que el autor dice en el libro.
Para empezar, en la página 71, se abre
con un capítulo intitulado “Borbón mata a
Borbón”, y dice:
“29
de marzo de 1.956: el cadete Borbón, 18 años de edad, con seis meses de
instrucción militar y experto en toda clase de armas de fuego, mata de un
disparo en la cabeza a su hermano Alfonso. ¿Accidente, homicidio por
imprudencia o fratricidio premeditado?.- Un manto de silencio cubre el trágico
suceso. Nadie investiga nada. Ningún juez pude pronunciarse.- El Conde de
Barcelona al presunto homicida: ‘Júrame que no lo has hecho a
propósito’. Don Jaime, Jefe de
En las páginas siguientes nos cuenta el
autor con todo lujo de detalles, cómo fue el asunto, destacando, entre otras
cosas muchas irregularidades, que nadie vio jamás el certificado de defunción,
así como también la policía judicial no acudió al lugar de los hechos, lo mismo
que ningún juez. En la página 92, se pregunta el autor: “¿Por qué no se hizo la autopsia del cadáver de Alfonso? ¿Por qué don
Juan tiró la pistola al mar? ¿ Por qué tanto secreto y tanta oscuridad al cabo
de tantos años?” También cabe preguntarse por qué no se ordenó el oportuno
proceso judicial castrense contra Juan Carlos, ya que a la sazón era militar
instruido en
En la página 103 se habla de “su sonada relación pornosentimental con una
conocida ‘vedette” española’, que nos costaría a los contribuyentes españoles
muchos millones de pesetas”.
En la 107 comenta el autor la rotura
amorosa después de casi cuatro años de relaciones con la condesa Olghina de
Robilant, a quien “su amante le había
dejado claro desde el principio que su relación jamás podría terminar en boda”.
Olghina “mantuvo siempre sus esperanzas
matrimoniales y hasta se permitió el lujo, en determinados momentos de sacarle
a colación sus antecedentes aristocráticos familiares . . .”
En la página 109
nos dice el autor que Juan Carlos y Sofía volvieron a coincidir en una fiesta
en el castillo alemán de Althausen. “Se
saludaron cortesmente y hasta incluso bailaron en alguna ocasión, pero el
corazón de Juanito seguía ligado (si bien es cierto ya con altibajos y
menos apasionamiento que en épocas pasadas) a los de Gabriela de Saboya y Olghina
de Robilant. Todo al margen, por supuesto, de las consabidas aventuras
erótico-sentimentales que, fiel al histórico mandato sexual borbónico, mantenía
en aquellos apasionantes momentos de su vida (inicio de sus estudios
universitarios en Madrid) con algunas bellas mujeres de su gentil entorno.
Entre ellas, según algunos círculos bien informados del tout Madrid de
la época, el que tenía con la famosa bailarina
En la página
115 nos dice al autor “... el fogoso
muchacho, bien servido de colonia cara y repeinado en exceso, abordaba casi a
diario su Mercedes, su Audi, su BMW o su moto Yamaha para, acompañado de un escolta
de suma confianza (el mamporrero real de servicio, según los desconsiderados
informes reservados de los servicios secretos castrenses, que desde siempre han
tenido un cierto regusto malsano en perseguir en sus correrías de faldas al,
con el tiempo, cazador real de osos borrachos), acudir a la salvaje e
irrefrenable llamada de la fémina de turno que esperaba abierta de piernas”.
En la página
siguiente se lee como de forma grosera este sujeto le suelta a su esposa Sofía,
que le había llamado por su diminutivo,
“¡Ni Juanito, ni hostias!”.
En la 117 se
nos dice como Juanito se larga “en
secreto a ciertos países del Este de Europa y de África, donde se organizan
mascaradas sangrientas de caza de animales teóricamente salvajes, para seguir
saciando su desmedida afición por las armas de fuego. Ahí se dedica a abatir,
entre otras especies a punto de extinguirse, osos domesticados y llenos de
vodka hasta los ojos”.
Sobre esta
afición a la “caza”, transcribimos un párrafo del capítulo X intitulado “La bella y el rey (B.R). Dicho párrafo,
página 331 y siguientes, dice:
“En febrero de 2.004, en la reserva
natural de Puszcza Borecka, en Masuria (Polonia), abatió un hermoso ejemplar de
zubr, el bisonte europeo en período de máximo control ante el peligro de extinción
que sufre, por el que pagó, según fuentes de la propia organización que preparó
el sacrificio del animal, 7.000 euros. El zubr inmolado por el monarca español
fue especialmente elegido por los organizadores días antes de su muerte, de
acuerdo con la notable importancia del cazador. Después se le apartó de la
manada y se le colocó en un recinto aparte para evitar que una bala perdida, en
alguna otra mascarada similar, pudiera al 'Rambo' VIP que iba a acabar con él
con un palmo de narices.
En octubre de 2.004, la agencia Abies
Hunting le organizó un viaje privado para matar osos en los Cárpatos. El rey
pasó un fin de semana en Cosvana, hospedado en el chalet del ex dictador
comunista Ceausesceu, y le dio gusto al dedo abatiendo a tiros cinco osos y algunos
otros animales. El escándalo estalló en la prensa rumana y, obviamente,
rápidamente dio la vuelta al mundo a través de Internet.
Apenas unos meses después, en ene de 2.005, la prensa autríaca dio a conocer
una nueva cacería del monarca español en la región de Graz, adonde había
llegado expresamente desde Madrid en avión privado y, como siempre, con
una muy apreciable comitiva de guardaespaldas.
En octubre de 2.006, y a pesar de que poco
tiempo antes diversos diputados del parlamento español habían planteado
engorrosas preguntas al gobierno socialista sobre esas escapadas del rey, éste
volvió a las andadas. Esta vez fue a Rusia, a abatir otro oso. El diario
moscovita ‘Kommersan’t publicó una carta del técnico responsable de la
caza en la provincia rusa de Vólogogda, donde había tenido lugar la
'cacería', en la que explicaba con todo detalle cómo se desarrolló ésta.
Consistió básicamente en colocar delante del rey a un 'bondadoso y alegre oso'
del zoo local, llamado Mitrofán, transportado en una jaula y emborrachado
previamente con vodka y miel, para que el monarca lo abatiese de un tiro. El
técnico también señalaba en su misiva que con estas prácticas 'se transforma la
caza en una payasada sangrienta'. Ni qué decir tiene que el titular
periodístico consiguiente: 'El rey de España viaja a Rusia a matar un oso
drogado', corrió como la pólvora por el mundo entero, limitándose la Casa Real
española a poner en duda que el oso estuviera drogado”.
Cuando el 23 de
julio de 1.969 juró “lealtad y fidelidad
a los principios del Movimiento Nacional y Leyes Fundamentales del Reino”,
en este mismo juramento dice:
“Nuestra concepción cristiana de la vida,
la dignidad de la persona humana como portadora de valores eternos, son base y,
a la vez, fines de la responsabilidad del gobernante en los distintos niveles
del mando”.
Y termina: “En esta hora pido a Dios su
ayuda, y no dudo que Él nos la concederá si, como estoy seguro, nuestra conducta y nuestro trabajo nos hacemos
merecedores de ella”. (La
negrita de la palabra conducta, es nuestra).
¿Cómo es que este
hombre invoca a Dios y habla de su ayuda porque la merece por su conducta? ¿Es
que pide ayuda a Dios para firmar la ley del aborto? Vale más no comentar.
En la página 135
comenta el autor . . . “son incontables pifias políticas, sociales,
personales, familiares . . . cometidas en su ya largo reinado por este último
Borbón de la nefasta saga del débil Carlos IV, el felón Fernando VII, la
libertina Isabel II o el “romprebragas” Alfonso XIII . . .”
En la página 311,
quizá figure el capítulo más importante de este libro. Se intitula “La bella y el rey (B.R.)”.
Así, en este
capítulo se comenta cómo los diferentes presidentes de gobierno que ha habido
en España desde 1.980, “fueron soltando
millones de pesetas de los fondos reservados para seguir dando carrete a la
pasión real; al presidente Aznar, que se plantó, y dijo aquello tan comentado
en los mentideros capitalinos de 'Los fondos reservados no están para
solucionar problemas de bragueta, por muy reales que sean', aunque al final
tuviera que tragar y dejar en el asunto del finiquito exigido por la bella”
(Página 317).
También en la
misma página se dice “ . . . transferir
con toda prodigalidad cuantiosos fondos a la saneada cuenta de la astuta B.R.,
que hemos tenido que pagar en última instancia todos los ciudadanos de este
país con nuestros impuestos”.
También se habla
en esta página de “cintas de audio
grabadas con conversaciones telefónicas entre el rey Juan Carlos y su amiga”.
Esto ocurría a mediados de los ochenta.
En la página 318,
se dice cómo a partir de 1.985 “el sueldo
como 'funcionaria especial' adscrita a la Presidencia de Gobierno de la
señorita B.R. Subirá generosamente hasta los dos millones de pesetas mensuales.
Era un incremento espectacular, pero perfectamente asumible por el pozo sin
fondos de los dineros sin justificar que los gobiernos de turno de la
democracia española han venido dedicando, desde 1.975, a fruslería tales como
los GAL, los confidentes, la compra de dossiers, la corrupción de tránsfugas
políticos, las querindongas de altos cargos, la compra de voluntades exteriores
útiles al Estado . . . etc, etc”.
En la página
siguiente, se nos cuenta cómo la joven hace un chantaje erótico y amenaza con
sacar a la luz “los vídeos de sus íntimas
entrevistas”. Ante esta amenaza, su domicilio es allanado con “dos objetos precisos y bien diferenciados:
hacerse con las peligrosas cintas de vídeo en cuestión y dejar a propósito
abundantes huellas de asalto como claro mensaje intimidatorio”.
En la página 320
leemos:
“El chantaje de B.R. Funcionará a la
perfección hasta mayo de 1.996, aportándole un jugoso beneficio económico a la
actriz a cargo ¡una vez más! De la Presidencia de Gobierno, que tendrá que
distraer para tal 'asunto de Estado' una parte muy importante de sus fondos
reservados. Pero con la llegada en esa fecha del Partido Popular al poder la
situación cambiará drásticamente y el secreto a voces de los antiguos amoríos
del rey Juan Carlos con la bella presentadora volverá de nuevo al candelero
político y social. El presidente Aznar, enterado a fondo del tema, se niega en
redondo a colaborar y ordena la paralización inmediata de los pagos”.
Pinchen en el siguiente enlace para ver unos comentarios sobre este libro.
http://www.youtube.com/watch?v=EDCDPwXtnjg
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