El título
completo del libro es “Terror y utopía.
Moscú en 1937”, Editorial Acantilado, noviembre 2014, 1.007 páginas
incluido “Colección El Acantilado. Últimos títulos”. El autor es profesor de
Historia de Europa del Este en la Universidad Europea de Viadrina
(Frankfurt/Oder), y autor también de varias obras de historia sobre Rusia.
El libro es
un retrato de lo que era la URSS de Stalin, con sus juicios falsos, sus campos
de concentración, sus crímenes y asesinatos que se cobraron dos millones de
personas con las tristemente célebres “purgas”.
Dentro de
estas “purgas” se encontraban todo tipo de personas: desde prisioneros de
guerra, pasando por sacerdotes y renegados del sistema, hasta campesinos
arrestados.
Nos comenta
el autor cómo para la toma de decisiones se presentaban “Álbumes” en los que
aparecían las sentencias de los condenados preparadas de antemano. Por este
procedimiento se condenaban, según los sitios, entre mil y dos mil personas
cada noche.
Como no
podía ser de otra manera, estos condenados eran tildados de saboteadores,
terroristas, enemigos del pueblo, espías y demás monsergas de siempre.
También los
altos cargos fueron purgados, como fue el caso, por poner un ejemplo, de Yezhov
que, después de dimitir del puesto de Ministro del Interior, posteriormente fue
encarcelado durante varios años, siendo fusilado el 4 de febrero de 1.940.
Aunque este
terror del sistema lo conocían muchas personas, a las que se les tildaba, y se
les tilda de fascistas por denunciarlo y publicarlo, el asunto quedó plenamente
esclarecido con la “Perestroika” de Gorbachov cuando a finales de 1.988 se
establecieron las premisas jurídicas para rehabilitar a los asesinados y
condenados por el sistema comunista durante tantos años.
Posteriormente,
en 1.991, se constituyó un grupo de personas encargadas de esclarecer y
documentar todo el citado terror, encontrándose documentación en la que
constaba la existencia de fosas comunes en varios sitios de Moscú.
En este
libro también sale a relucir la intervención y manipulación soviética en la
Guerra Civil de España. A tal efecto hay un apartado intitulado “A la luz del fuego: España y otros frentes”,
páginas 161 a 182 que no tienen desperdicio. En la página 173 se lee:
“La Unión Soviética no sólo proporcionó la
ayuda y las donaciones recogidas por los soviéticos, sino que también aportó
personal, un personal a través del cual podía controlar el movimiento en
España: asesores militares, agentes, policía secreta y asesinos a sueldo”.
Como
siempre decimos, recomendamos leer este extraordinario libro que es, entre
otras cosas, un homenaje a los asesinados por el comunismo, además de verse en
él todas las maniobras y el tinglado que se montaban los jerarcas soviéticos contra
“el pueblo soberano”.
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