Y
seguimos con la influencia soviética sobre la II República española que, como
ya hemos dicho varias veces, se sigue omitiendo por los “historieteros” de
ahora.
El general Krivitski, autor del libro “Yo,
Jefe del Servicio Secreto Militar Soviético”, Editorial Nos, 1945,
325 páginas, asesinado por publicar este libro, una vez instalado en EE.UU.
después de abandonar el comunismo, dice:
“Yagoda por su parte, se reune en la Lubianka y
siguiendo las órdenes de Stalin (14 de setiembre de 1.936) decide instalar en
España una sucursal de la N.K.V.D. Con el fin de coordinar el partido comunista
de España, vigilar secretamente el movimiento revolucionario y seguir los pasos
del POUM”.
A principios de 1935 llega a España un grupo de
revolucionarios españoles que habían ido a la URSS, después de la revolución de
octubre de 1934, a instruirse y prepararse para la guerra civil. La Kommnintern
(Internacional Comunista), publicó los nombres estas personas, entre las que se
encontraba, nada más y nada menos que Margarita Nelken Mansbergerg, “figura”
política que se hacía retratar llevando una pistola metida en el cinto.
Por si esto no fuero poco, en abril de ese mismo
año llegaron a Madrid varios “expertos” soviéticos, que a la sazón se
encontraban en París. En este grupo destacaban
Ilya Ehrenburg,
Tchemodanow, Loumoviow, Tourochoff Raymon
de Guyot (Secretario
General de las
Juventudes Internacionales
Comunitarias), Enrique Fisher,
Neuman (el carnicero de Canton), Ventura (destacado cehquista) . Además
acompañaban a estos “expertos” veteranos de la guerra civil rusa.
Los buques
soviéticos “Neva” y “Yerek”, además de traer armamento para los
revolucionarios, lo traían también para las células comunistas que había por
España.
En la próxima
entrega veremos el organigrama del soviet español, así como los encargados se
seguir las órdenes de la Kommintern en las distintas regiones española
Continuará.
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