sábado, 21 de mayo de 2022

Marxismo-leninismo


 Después de haber leído varios libros sobre marxismo-leninismo, hemos llegado a las siguientes conclusiones de que los autores, salvo honrosas excepciones, son:

a).- Paupérrimos escritores aficionados.

 b).- Mentes cuadriculadas y dogmáticas.

 c).- Ven los sucesos, sean del carácter que sean, en blanco y negro.

 d).- Son prepotentes, pedantes, vanidosos, fatuos, petulantes, jactanciosos, engreídos, etc.

 e).- Bajo los mismo esbozos y bosquejos, enfocan y analizan cualquier asunto o tema.

 f).- Cuando escriben sobre personajes y hechos, lo hacen con gran incoherencia e inconsecuencia, ya que emplean códigos distintos, no admitiendo briznas y, sin embargo, tragando camellos.

 g).- Son incapaces de analizar imparcial y objetivamente, ya que están bajo la presión y opresión de unas ideas tendencialmente dictatoriales que no admiten ni libertades ni discrepancias, y sí bozales, grilletes y zahúrdas. A pesar de todo esto, se pintan como demócratas y republicanos.

 h).- El sentido común, punto de partida básico de cualquier argumento y razonamiento, lo tienen infectado por una teoría brusca y áspera, además de decimonónica.

 i).- Tienen la presunta seguridad y certeza en todo lo que escriben y dicen, certeza y seguridad propias de filosofillos vanos, neófitos, atrevidos, intrépidos, osados y temerarios.

 j).- Como defensores de un credo desmoronado, extinto, derrumbado y desplomado, destilan una pócima amarga y una ortodoxia fanática e intransigente.

 k).- Sus comentarios, reseñas, notas, etc, son siempre sesgados.

 l).- Son proclives a afrontar temas y cuestiones candentes sin descubrir el panorama en el que se inserta e incluye el punto  discutible y polémico.

 m).- No admiten la opinión, ni pensamiento, ni la disconformidad de verdaderas autoridades sobre ciertos temas, principalmente históricos y políticos.

 n).- El estilo de crítica es facilón, populista, inmaduro y muchas veces ignorante.

 ñ).- Quieren transmitir la impresión de que se preocupan por diversos y asuntos y temas, pero incurren el error de atraerlos a su modo y manera de pensar.

 o).- Tienen errores y meteduras de pata, como toda persona, de las cuales no se retractan ni rectifican, a pesar de que se lo hayan indicado y advertido varias veces.

 p).- Odian mucho, aunque lo nieguen.

 q).- Divulgan, transmiten y promulgan ideas basadas en falsedades, calumnias, falacias, sofismas, mentiras, embelecos, tergiversaciones o medias verdades.

 r).- Tienen una tremenda facilidad para aceptar lo que “se dice” y darlo por bueno. No digamos ya nada del sofisma “ad verecundiam”: lo dijo Blas, punto redondo, siendo Blas, Marx, Lenin, Stalin, Mao, Fidel Castro, etc.

 s).-  Cuando un asunto no les convence, dispersan y difunden una capa de mentiras, ficciones, invenciones, falacias, falsificaciones, distorsiones, medias verdades, etc, etc.

 t).- El virus ideológico del que están contagiados, les causa tal pasión, ardor y entusiasmo, que les roba el juicio, el discernimiento, la comprensión, la sensatez, etc.

 u).- Como apasionados y fanáticos, tienden a desalojar la realidad por sus ideas, juzgando a todo bicho viviente por lo que ellos piensan. Ya saben lo que decía el monstruoso Lenin cuando le dijeron que la realidad demostraba que sus planteamientos eran falsos: “Lo siento por la realidad”

 v).- En vez de usar la palabra para esclarecer y explicar lo tenebroso y sombrío, y aclarar lo confuso, la usan para enmarañar y enredar más las cosas, por mor de sus ofuscaciones y cegueras ideológicas.

 En fin, les vienen muy bien unas palabras pronunciadas hace casi 400 años por el historiador y poeta escoces William Drummond:

 “El que no quiere razonar es un fanático; el que no sabe razonar es un necio; el que no se atreve a razonar es un esclavo”.



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