Seguro que se acuerdan de la fábula de “El perro del
hortelano”, y de la expresión “El maestro Ciruela que no sabía leer, y puso
escuela”.
La moraleja de la fábula nos dice que hay muchas
personas que por envidia, pelusa, ambición, avaricia, codicia, soberbia,
prepotencia, arrogancia, altivez, orgullo, etc, etc, no están dispuestas a que
otras progresen y prosperen para conseguir sus objetivos. Dichas personas jamás
han destacado en nada, siendo muy limitadas en sus actos en los que sólo desean
que otras personas no consigan lo que ellas han conseguido.
En cuanto al maestro Ciruela, es una crítica, sátira,
ataque, etc, contra las personas que se creen sabias y presumen de dar
lecciones e instrucciones, cuando en realidad tienen escasos o nulos
conocimientos sobre los asuntos que tratan.
Dicho lo anterior, tal parece que tenemos en estos
momentos en este desgobierno representantes y “representantas” de dicha fábula
y expresión.
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