Lo peor

 Ya está bien de políticas desastrosas, de fallos, de desaciertos, de tomar decisiones absurdas sin mirar sus consecuencias, decisiones que dan un tufo a totalitarismo que apesta, con limitaciones y recortes de derechos, así como también con imposiciones y muchas restricciones. Ya está bien de aprobar reglamentos y leyes sin sentido, y de otras muchas barbaridades. Por mucho menos que esto, se pone de patitas en la calle a cualquier trabajador al que, según esta tropa, dicen defender.

Dicen que somos iguales, pero ellos tal parece que no están sometidos a las mismas leyes que se aplican al resto de los ciudadanos. Esto está clarísimo. Ahí les tienen, impasible el ademán en sus puestos. Entonces, ¿a quién o a quiénes representan estos sujetos y “sujetas” y “sujetes”, si no están sometidos a las mismas leyes?

 El “pueblo soberano” está engañado y manipulado. El problema es que no se da cuenta. Es incapaz de organizarse y de rebelarse contra tanto despropósito y contra tanto político incompetente e “incompetenta”.

 Si queremos salir de todo este marasmo en el que se encuentra España, tendremos que dejar de lado la chorrada de la paridad y buscar las personas más idóneas y competentes, sean todo hombres o todo mujeres, para regir los destinos de esta España que se está hundiendo.

 Pero siempre habrá quien diga aquello de que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer. Bien, esto sólo vale para eso: para comparar lo bueno con lo malo, pero no vale para este caso, ya que lo que tenemos es lo peor.