Muchas personas creen que el
destino de un pueblo, entiéndase nación, está en manos de los políticos. A
nosotros nos parece que no, pero como en
toda norma o regla, hay excepciones, algunas veces no son honrosas, como
fue el caso de la derrumbada URSS o como sucede actualmente en Cuba y en Corea
del Norte.
En la URSS, en la Cuba actual y en la historia
reciente de España, la palabra revolución tenía un gran predicamento, y sigue
teniéndolo aún hoy empleándolo, además, como auténtico tósigo social. No nos
engañemos: las grandes revoluciones nunca fueron políticas. Las grandes
revoluciones vinieron por los descubrimientos y por los inventos. Repasemos un
poco:
El descubrimiento de América,
de la imprenta, el de la electricidad, o el del motor de explosión, por citar
algunos, tuvieron más importancia que la mismísima Revolución Francesa, la no
menos importante Revolución Americana y la posterior soviética. Así, por poner
un ejemplo, la esclavitud desapareció por el descubrimiento de las máquinas, no
por la citada Revolución americana.
Actualmente, hay una
auténtica revolución mundial en el terreno electrónico. Ahí están los GPS, los
teléfonos móviles con sus numerosas aplicaciones, Internet, etc. Su incidencia
es tan grande, que los regímenes totalitarios chinos, cubanos, norcoreanos, etc,
sólo permiten el acceso ala red cuando están controlados. El temor es obvio.
Esto que decimos seguramente
extrañará a los de la “hybris intelectualista”, es decir, a los pedantes que
presumen de tener una visión privilegiada del mundo y sobre el mundo. Nosotros
que no somos votantes de lo correcto y que presumimos y nos jactamos de nuestra
independencia que hace que recelemos y sospechemos siempre de los tenedores del
poder, en algunos casos detentadores más que tenedores, opinamos libremente y
no nos dejamos domar y domesticar por el poder político de turno.
Estamos haciendo un juicio un
tanto político, y algunos nos critican porque no tenemos “experiencia” política
y por tanto no podemos juzgar. Bien. Ahora preguntamos a esos doctos indoctos:
¿es necesario que una mujer sea violada para juzgar a los violadores? ¿Es necesario
que, para juzgar a los ladrones, haya uno tener que haber sufrido un robo? ¿Es
necesario que para juzgar “la interrupción voluntaria del embarazo”, una mujer
tenga que abortar?
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