Como ya es sabido, cuando se convoca una huelga, las
estimaciones de participación son totalmente divergentes y contradictorias.
Así, según “las fuerzas convocantes”, la
huelga puede tener un seguimiento del 80 %, lo que se califica como un
éxito rotundo.
Pero según otros observadores, como pueden ser la
policía y la CEOE, el porcentaje puede bajar hasta un doce %, como ocurrió en
una huelga general convocada en los tiempos del gobierno de José María Aznar
(hay que recuperar la “memoria democrática”). Es decir: los sindicatos ven con
los ojos de la cara 80 personas donde solamente hay 12. Simplificando, ven 13
personas donde hay 2.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, ¿cómo se puede
confiar en un grupo de personas para arreglar otros asuntos, que requieren
verse los ojos de la inteligencia?
Por otra parte, según quién esté en la poltrona
“Monklovita”, las huelgas se convocan por motivos laborales, o por motivos políticos
cuyo bojetivo es el enfrentamiento. Si fuesen por motivo laborales, durante el
“zapaterato” tendría que haber habido una cada mes ¡Y no digamos ya nada en los
tiempos actuales del “sanchismo-yolandismo”.
Si tiramos de hemeroteca, veremos que la
huelga general del 14-D de 1.989, en pleno “gonzalato”, fue convocada para
protestar por la política económica del ministro Solchaga.
Posteriormente, y ya en la segunda
legislatura del gobierno de Aznar, se convocó otra para protestar por el
“decretazo”, cosa que se consiguió gracias a la rivalidad entre Rato y Rajoy
por la sucesión de Aznar.
Y por fin, tuvo lugar la convocada durante el
“zapaterato”, que no dejó de ser un paripé para dar a entender al “pueblo
soberano” que los sindicatos respaldaban y estaban con los parados.
Estos “sindicaleros” de tres al cuarto, no
admiten que un gobierno, sea del matiz que sea, ose y se atreva a meter mano a
la economía para tratar de corregir la catástrofe laboral heredada precisamente
de la izquierda. Esto les pone catatónicos.
Por otra parte, ¿por qué estos sindicatos no hicieron en su día una
huelga general ante la salvaje deuda dejada por el gobierno del “gran timonel”
Zapatero, inepto y descerebrado él? Conviene recordar que 73.000 millones de € fue
la deuda contraída por facturas pendientes de pago, repartidas entre el
Gobierno central, casi 28.000 millones; gobiernos autonómicos, casi 21.000
millones, y ayuntamientos casi 15.000 millones de €, amén de otros miles y
miles de millones por otros asuntos.
Pero, claro, por esto no dijeron ni mu. Como a ellos las subvenciones no
les faltan . . .
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