Manuel Azaña en su obra “Memorias políticas y de guerra”, Volumen I I: año 1932, Afrodisio Aguado, S.A., Ediciones Río Saja, Madrid, diciembre 1976, nos dice en la página 51:
“23 de enero.
Estos días son muy
agitados. Se ha producido un levantamiento comunista-anarquista en la Zona de
Marruecos, dirigido por la F.A.I. y secundado por la C.N.T. Banderas rojas,
asalto a fábricas, barricadas, etcétera, etcétera. Se venía anunciando este
suceso para el día 25. El ministro de la Gobernación comenzó a ordenar
detenciones. Anteayer por la mañana me telefoneó diciendo: Se nos han
adelantado. Y me contó lo que ocurría. Aquella mañana tuvimos Consejo en
Palacio, como segundo jueves del mes. Informé al Presidente de lo que sucedía y
de lo que sucedía y de los antecedentes que teníamos, y mostré mi resolución de
proceder con toda rapidez y con la mayor violencia a reprimir la rebelión. Como
Fernando me oyó decir que se fusilaría a quien se cogiese con las armas en la
mano, quiso disentir; pero yo no le dejé, y con mucha brusquedad le repliqué
que no estaba dispuesto a que se me comiesen la República. Todos los demás
ministros aprobaron mi resolución. Desde la misma sala del Consejo hablé por
teléfono con el general Batet ordenándole que enviase una columna al lugar del
suceso, con instrucciones inexorables para aplastar a los levantiscos”
Asimismo, en la página 311 nos dice Azaña:
“Prosiguen las negociaciones comerciales con el enviado de los soviets. Se
trata de enviarles corcho, plomo y algunas otras cosas, a cambio del petróleo
que trae la Campsa, lo que aliviaría la situación de la Armada. La dificultad
consiste en el aseguramiento de los pagos”.
No comentamos nada de estos párrafos porque se comentan por sí solos. Y lo de
siempre: los “historieteros” de esto no dicen ni mu. Sólo mencionan a Azaña
cuando les interesa.
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