sábado, 13 de enero de 2024

“Libres”


 

El título completo del libro es “Libres. Historias y testimonios de Rusia”, autora Giovanna Parravicini, Ediciones Encuentro, S.A., Madrid, traducción de Eduardo Tolosa Ugarte, 173 páginas, incluida “Bibliografía”.

Como ya sabrán, Sor Yolanda dijo en su día que el comunismo era “democracia e igualdad”. Una de las más mentiras cochinas que hemos escuchado. Dicho esto, le vamos a dedicar el comentario de este libro, a ver si se entera. Como ya saben, sobre el marxismo-leninismo tenemos comentados varios libros en este blog.

Este es un gran libro que desvela todo el tremendo andamiaje social, político, económico y religioso de la destartalada URSS, debido a la ideología marxista-leninista que anuló la libertad, la independencia, el respeto a distintas opiniones, siendo una auténtica máquina de aniquilación, sometiendo al pueblo a un totalitarismo y absolutismo jamás visto.

El libro consta de “Introducción”, página 9; “La ley de un hombre vivo. Padre Alexander Men”, página 15; “En el signo de dos estrellas. María Yudina”, página 35; “En viaje hacia lo verdadero. Eugenia Ginzburg”, página 51; “Nuestros maestros. Sergei Averincev”, página 69; “La mecanógrafa y los muchachos del FARO. Vera Laskova”, página 89; “Nuestro ‘sol’ lituano. Padre Stanislovas Dobrovolskis”, página 109; “El por qué de una aventura. Víctor Popkov”, página 127; “Una Antígona de nuestros días. Lidia Golovkova”, página 143; “Los tres deseos de la farmacéutica. Elena Avaliani”, página 159, y “Bibliografía”, página 171.

Esta interesantísima obra nos cuenta, entre otras cosas, toda la parafernalia, toda la ostentación, toda la pompa, todo el boato, todo el populismo, toda la fastuosidad que reinaba en la destartalada URSS. Así, en la “Introducción”, página 9 y siguientes, se lee:

Recuerdo que a partir del primer momento, mirando desde el autobús que nos llevaba del aeropuerto a la residencia por las calles de Moscú, suntuosa capital soviética donde la ideología se exhibía a cada paso —en las gigantescas pancartas alabando al régimen y sus conquistas, en los edificios de estilo estalinista, en los monumentos del realismo socialista que rezuman retórica—, en mi «ingenuo atrevimiento» estaba segura de una cosa: eso era sólo un decorado, una horripilante puesta en escena. La verdadera Rusia era aquella subyacente, subterránea, que el padre Romano Scalfi nos había enseñado a amar y que conocería en las veladas, en las horas libres tras el programa oficial de los cursos; era una tierra de vivos testimonios en el pasado y que continuaban existiendo incluso ahora, en el presente; era una tierra santa a la que llegaba con ansiedad y de la que esperaba el milagro para mi vida. Han pasado treinta años, Rusia se ha convertido casi en mi casa y ahora ya puedo decir que la conozco bastante bien, y todavía esta certeza inicial no sólo no me ha abandonado, sino que a través de tantos encuentros y amistades ha sido por el contrario afianzada, llenándome de gratitud por el milagro del que he sido testigo y partícipe. Éste es, en el fondo, el contenido del libro.

En el siglo XX Rusia fue objeto de un impresionante, dramático experimento de reducción de la persona humana a los límites impuestos por la ideología, y, por otra parte, de un extraordinario proceso de resistencia del yo humano ante esta violencia. Una resistencia que nace y se desarrolla a través de las más descabelladas vías, según los períodos históricos, el temperamento y las capacidades de cada uno de sus protagonistas, pero que en el fondo siempre puede ser reconducida hasta el reconocimiento de las exigencias constitutivas del «yo», tal y como lo expresa san Agustín: «Mi corazón está inquieto hasta que no reposa en Ti». Las historias y los 7 testimonios recogidos en este libro documentan verdaderamente, ante todo, que siempre es posible vivir como hombre, hacer una experiencia de libertad y de verdad cualesquiera que sean las circunstancias externas en las que le toca vivir, como resultado de un encuentro que llena la vida y la hace digna de su nombre”.

 Dentro del Capítulo “Una Antígona de nuestros días. Lidia Golovkova”, página 143, en la página 154 figura el apartado intitulado “El rostro de tantos ‘invisibles’”, en donde se lee lo que sucedió e hizo Lidia para conocer y tener acceso a los archivos de la temida KGB soviética. Así, en las páginas 155 y 156 se lee:

 “ . . . la vida de Lidia toma una nueva dirección: pasa meses, años en los archivos para recuperar las fichas personales de los millares de víctimas y para recorrer sus últimos días . . .”

 Recomendamos leer este magnífico libro a los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, amén de a ciertos “historieteros”, libro que nos narra el funesto y trágico sistema comunista, en el que se vio inmersa Rusia durante 70 años, y que de rebote afectó a muchos países, entre ellos a España durante la República y Guerra Civil.

 ¡Ah!, recomendamos también a Sor Yolanda que lea el apartado intitulado “Secreto ardor, libertad secreta . . .”, páginas 74 a 76, y también otro apartado intitulado “Un giro memorable”, páginas 152 y 153.



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