Aliarse con el diablo

 Decía el gran estadista Winston Churchill que sería capaz de aliarse con el mismo diablo para vencer a Hitler. Era un medio para conseguir un fin, medio justificado por muchos.

Resulta que en estos momentos tenemos en España un individuo que, para conseguir el fin de conservarse en el poder, no es que se alíe con el diablo, sino con los sujetos más radicales que pululan dentro de “los muros de la Patria mía”. Nos estamos refiriendo a sus socios nacionalistas que poco a poco van consiguiendo lo que piden al citado individuo, lo que hace que se crea que todo es muy fácil, a pesar de los grandes problemas que tenemos.

 Y lo cree así porque para él uno de sus fines es aislar VOX y al PP, y si esto se consigue, lo demás le importa un bledo, dos cominos y tres dídimos. Y para conseguir este fin se alía con comunistas, con “esquerros”, con batasunos, con verdes, con separatistas, con los “artiscejos”, con gays, con lesbianas, con la “Alianza de civilizaciones” y con el más variopinto pelaje. Y si de rebote se entabla amistad y se alía con los regímenes dejados por Fidel Castro, o por Hugo Chávez, o el de Evo Morales, etc, tendremos una “santa alianza” mucho más fuerte que si se estableciera con el mismo diablo ¡Quién se lo iba a decir a Churchill!

 Y terminamos con otra frase del británico que le viene muy al pelo a este inepto que tenemos en la Moncloa:

 “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”.