En la Santa Misa de las 12 horas del domingo 7 de enero de 2.024, en la Iglesia de San Julián de los Prados, de Oviedo, entregaron a los feligreses un díptico, del que transcribimos lo que aparece en la última hoja.
Suponemos que Su Sanchidad y Sor Yolanda estarán de
acuerdo. Para eso habrán visitado al Papa, oiga. Ahí va el texto:
“Por
eso hagamos frente común:
Frente las desigualdades, el reparto
solidario.
Frente a la carrera de armamentos, la carrera
de alimentos.
Frente a la destrucción atómica, el
cuidado de la casa común.
Frente a la deforestación, los jardines
familiares.
Frente a la fuerza del odio, el dinamismo
del amor.
Frente al desarme militar, el desarme de
los espíritus.
Frente a la hostilidad, el diálogo y la
negociación.
Frente al desprecio, la valoración de los
adversarios.
Frente a la simple información, a
formación de conciencias.
Frente al regodeo de lo sangriento, la
renovación de la opinión pública.
Frente a la guerra total, el respeto a los
pactos internacionales.
Frente al egoísmo nacionalista, la unidad
de la pluralidad.
Frente a la opresión de los débiles, el
esplendor a la libertad.
Frente al suicidio colectivo, una paz
general universal.
Frente a las decisiones unilaterales, una
autoridad universal.
Frente al yo, el nosotros.
Frente a todas las agresiones, la paz
total.
Frente al lenguaje de las armas, el
lenguaje de la diplomacia”.
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