Así, ahí tenemos la tensa situación constante y
permanente de Cataluña (¿o será Catalonia?), amén de la descomposición y
putrefacción de ciertas instituciones, como por ejemplo la del poder judicial,
formada por gente que dicen representar al pueblo, pero que sin embargo nada
hace por evitar los separatismos, como tampoco nada hace porque haya una
verdadera separación entre los poderes judicial, legislativo y ejecutivo, con
lo que estamos llegando a una verdadero manejo por la casta política de todo lo
habido y por haber, empezando por la “kurtura”.
Y así llegamos al odio al cristianismo, mientras nada
se dice contra el islam: la alianza de civilizaciones “zapateril” y el
“multiculturalismo identitario”, así lo exigen, oiga.
Como consecuencia de todo esto, ahí tenemos los
ataques a la familia por mor del “orgullo gay” y del “progenitor A” y
“progenitor B”; la defensa e implantación del aborto; “la recuperación de la
memoria histórica”, ahora “memoria democrática”, llena de mentiras y
falsedades; la brutal inmigración ilegal, y un larguísimo etc.
Pero es igual, oiga, lo principal son las próximas
votaciones, las exhumaciones y seguir bailando . . . aunque, bueno . . . igual
cambiamos de pareja.
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