Y terminamos con los
“hermanamientos”. Como recordarán, en su día Oviedo se “hermanó” con el emirato
Fujariah ya que, al parecer, hay muchas “similitudes” entre ambos sitios.
Como pueden ver en la imagen,
insertamos las ciudades “hermanadas” con Oviedo, aunque a lo mejor puede que
haya alguna más.
Modestamente nos preguntamos para
qué valen estos “hermanamientos”, ya que no se aprecia ningún tipo de
beneficio, ya sea cultural, comercial, económico, histórico, etc. Eso sí, valen
y sirven para que una “delegación” de políticos se desplacen a las ciudades
“hermanadas” con el consiguiente gasto a costa de los impuestos de los
“hermanos” de la ciudad de Oviedo. Para
la tramitación de este último “hermanamiento”,
se han desplazado a Madrid varias personas del consistorio de Oviedo y alguna
que otra más perteneciente a la Cámara de Comercio y a la Fundación Príncipe.
Como ya supondrán, aquí no hay
broncas ni desacuerdos entre los partidos. Lo primero es lo primero y el
“hermanamiento” así lo requiere, oiga.
Lo que verdaderamente nos llama
la atención es lo de las “similitudes”. Pedimos a esos políticos del
“hermanamiento” que nos lo expliquen. Y pedimos explicación porque ya nos dirán ustedes qué
“hermanamiento” puede haber con un país, emirato o lo que sea, encerrado
en un islamismo sunnita en el que, obviamente, no están permitidos ni el
alcohol, ni los “gays” y lesbianas, así como tampoco se permite el bikini,
estando legalizada la lapidación, el azote, la pena de muerte, etc. ¿Qué dicen
a esto los “colectivos” de “gays” y lesbianas, los “artiscejos”, los semáforos
de “la palabra culta y buenas costumbres”, los defensores de la “libertad”, los
“progres” y los de “progenitor A” y “progenitor B”?
Puede que a lo mejor estos
“hermanadores” vean “similitudes” entre Abbud al Ilahamin y Abdel Jamalajá, y
“Pin el Tochu” y “Xuaco Muslinos”. A lo mejor los consideran colombroños, oiga.
Y si hacemos caso de los
“inmortales” de la RAE, hermanar es “Establecer lazos de amistad y cooperación entre
dos municipios o poblaciones relacionadas por su toponimia, historia, rango o
por cualquier motivo”. En fin, sin comentarios
¡Ah!: ¿no sería más lógico,
coherente y beneficioso hermanarse con Gijón?, Pero, claro, “piriquí”.
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