miércoles, 2 de noviembre de 2022

Verdades y mentiras del socila-comunismo ( I X )


Comentábamos en el artículo anterior, que en éste veríamos algo sobre Darwin, la “racionalidad científica”, y lo que engendraron, fecundaron y propagaron tanto el ateísmo como el materialismo.

Como es sabido, hay personas que atacan a Darwin, y otras que defienden a Marx. Lo “didimoso” del asunto es que la mayoría no han leído ni comprendido las teorías de ambas personas. El asunto es hablar como guacamayos, cotorras y loros, cayendo en el sofisma “ad verecundiam”: lo dijo Blas, punto redondo.

Sobre la hipótesis de la evolución humana, se escribieron, y seguro que se escribirán varios libros. Lo del Diseño Inteligente de las personas por Dios, o por un Ser Supremo, fastidia e incomoda a muchos “científicos” y educadores, aunque éstos no hayan comprobado ni aportado la más mínima prueba sobre el evolucionismo.

El marxismo silencia y omite que Charles Darwin nunca excluyó ni descartó la existencia del un Arquitecto, o Primer Artífice. En su archiconocida obra “El origen de las especies”, nos dice que  "existe grandeza en esta concepción de que la vida, con sus distintas facultades, fue originalmente alentada por el Creador en una o varias formas, y que, mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un comienzo tan simple, infinidad de formas cada vez más hermosas e impresionantes". Lo que ocurrió, y ocurre actualmente, es que las teorías materialistas, comenzando por el propio Carlos Marx, sí se apropiaron de la teoría evolucionista darwiniana para la defensa de su doctrina, pero, claro, la alusión de Darwin a un Primer Artífice, o Creador, se omite y se silencia intencionadamente para salvar la teoría marxista.

A pesar de todo lo expuesto, aún hoy la teoría del evolucionismo tiene mucha reputación y resonancia. El origen de esto probablemente esté  en  Carlos Marx, en su intentona de dar una explicación antirreligiosa y materialista de la creación del Cosmos, ya que creyó que la teoría de Darwin era la tabla de salvación. No olvidemos que el Judío Marx, quiso dedicar la segunda edición de "El capital" a Darwin: "A Charles Darwin de un auténtico amigo suyo". Otras personas lo traducen por "de un ferviente admirador a Charles Darwin".

El libro intitulado “Más allá de Darwin. Crítica al evolucionismo”, autores Giuseppe Sermonti y Roberto Fondi, Ediciones UNSTA, Argentina, 1984, 290 páginas incluido Índice, ya comentado en este blog con fechas 4, 5 y 6 de enero de 2019, está escrito por genetista y un paleontólogo, respectivamente, que llegan a la conclusión de que “la evolución biológica no es otra cosa que un mito”, frase que figura en la contraportada del libro.

Como ya hemos comentado varias veces, la teoría darwiniana, que algunos consideran como un dogma, sobre todo los marxistas, está de capa caída porque está siendo desmontada y desacreditada por la misma ciencia, aunque esto no es óbice, ni valladar ni cortapisa para que los “evolucionistas”, que se consideran a sí mismos como “científicos”, sigan de forma cerril y fanática el manual ideológico, apartándose de todo razonamiento y empirismo.

Estos “evolucionistas” ignoran que Darwin a su vez ignoraba la existencia del ADN, misteriosa base de la vida, ignorando también, obviamente, la existencia de los genes, con lo que su teoría automáticamente se derrumba.

En la próxima entrega veremos algo sobre “racionalidad científica”, y lo que engendraron, fecundaron y propagaron tanto el ateísmo como el materialismo. No lo hicimos en este artículo, como habíamos prometido, porque el asunto de Darwin se nos hizo un poco largo.

Continuará.



 

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