Hay muchas razones para no votar a la izquierda, ya que sus regímenes no generan más que pobreza, miseria, odio, etc, como está sobradamente demostrado a lo largo de la Historia de la humanidad.
En los tiempos actuales, como ya saben, la izquierda
ha cambiado de tácticas para imponer su criterio, amén de seguir con asuntos y
temas decimonónicos trasnochados. Vamos a ver algunas razones para no votarla.
En primer lugar, estos regímenes están plagados de
chiringuitos locales, regionales y nacionales que derrochan miles y miles de
millones que se podían emplear para mejoras sociales.
Por otra parte, esta izquierda “modelna” arremete sin
ton ni son contra el hombre, al que insultan, ultrajan, vilipendian, humillan,
maldicen y a veces agreden, por el mero hecho de serlo.
Dicha izquierda llama fascista (algunos, algunas y
“algunes” dicen “facista”), simplemente por apoyar y defender la unidad de
nuestra Patria, o por decir que hay que vigilar y controlar la inmigración.
Al mismo tiempo, esta izquierda embiste y agrede
constantemente a la religión cristiana, concretamente a la católica, pero sin
embargo contra la religión islámica no dicen ni mu, que ahorca y dilapida a
homosexuales y lesbianas.
Si por cualquier circunstancia llevas la bandera de
España en la solapa, en la mascarilla, o en tu coche, por ejemplo, te pueden
armar una morrocotuda, pero si llevas la de “Catalonia” no pasa nada.
Esta izquierda siempre empobreció a la ciudadanía para
vivir ella a la gran Dumond, o dar el dinero a vagos, maleantes o a inmigrantes
que no dan un palo al agua.
Por otra parte, esta izquierda cuando pierde unas
elecciones arma la de vámonos Juana.
También esta izquierda, siguiendo las instrucciones de
Antonio Gramsci, tiene en sus manos los “mass-media”, ya sean escritos,
televidentes o de Internet, envenenando a la gente con lo de “machismo”, “ultraderecha”
y demás monsergas de siempre.
¡Y para qué hablar de la animadversión, antipatía,
desafecto, inquina, repugnancia, hostilidad, etc, etc, que tiene esta izquierda
por el idioma español, que es la tercera lengua más hablada del mundo: 580
millones de personas! No solamente se intenta que desaparezca, sino que hay por
ahí personas, “personos” y “persones”, que inventan nuevos vocablos por mor del
feminismo y demás. Así, hablamos de todos, todas y “todes”; de vosotros,
vosotras y “vosotres”; de borrego, borrega y “borregue”; de Pablo, “Pabla” y
“Pable”, o de Irene, “Irena” e “Ireno”
En fin, hay también muchas más razones de carácter
socio-económico para no votarla. Pero, oiga, a veces se pide “unidad y
patriotismo” ¡Cínicos!
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