Ay
Dios mío ¿qué me dicen?
¿Qué
me dicen? ¡Vive Dios!
¡Ay
mi padre y ay mi madre!
Y
¡Ay también mi tío Ramón!
Que
me dicen que nos quitan,
nos
quitan lo español
por
una nueva ocurrencia
de
este gobierno felón.
Pues
antes que nos lo quiten
y
no vuelva la ocasión
me
adentraré en nuestra historia
con
verdadera ilusión
narrando
en sentidos versos
algo
de esta gran nación.
Pero
al ir versificando
y
buscando lo mejor
tal
vez las rimas me salgan
a
veces sin ton ni son.
Y
si saliesen sin ton
tal
vez no sería muy grave
ya
que lo grave sería
que
me saliesen sin son
porque
el sin son hoy en día
es
una fuerza mayor
que
domina gravemente
a
algún insigne doctor
y
a otros doctos doctorandos,
¡demasiados,
por favor!
que
están conduciendo a España
hacia
la fragmentación
con
la infeliz consecuencia
de
la desintegración.
Y
es que de España y sus gestas
que
tan bien recuerdo yo
lo
político correcto
hace
años que se olvidó
y
ahora se escribe otra historia
que
da verdadero horror
tan
mendaz, odiosa y pobre
que
no sé quién la inventó,
aunque
no es extraño el caso
al
tener tanto doctor
que
cuenta tantas sandeces
despreciando
hasta el Catón.
Pero
esto lo dejaremos
para
mejor ocasión
y
mientras, recordaremos
a
Hernán Cortés y a Colón,
a
Valdivia, a Orellana
que
el Amazonas surcó.
A
Pizarro el extremeño
el
que el Perú conquistó.
Recordemos
con orgullo
también
al Cid Campeador,
a
Alvarado aunque por chulo
algún
disgusto nos dió,
a
Agustina la indomable,
el
orgullo de Aragón,
y
Viriato, aunque prestado
bien
merece una mención
o
nuestro Tomás de Bobes
de
Los Llanos el León.
Y
dando un salto hacia atrás
recordamos
con pasión
a
nuestro héroe. don Pelayo
de
los moros el terror
y
al décimo Alfonso, rey
muy
sabio y gran pensador
y
a su padre don Fernando
santo
de gran devoción
y
al audaz Núñez de Vaca
que
un continente cruzó
Y
a Elcano, vasco notable
que
la vuelta al mundo dió.
Al
loco Lope de Aguirre
tan
solo como mención.
Dando
otro salto en el tiempo
traeremos
a colación
al
notable Juan de Austria
en
Lepanto vencedor
donde
por cierto Cervantes
la
mano izquierda perdió
Y
a aquel gran duque de Alba
que
allá en Holanda arrasó.
También
al Adelantado
que
a hugonotes sometió.
Blas
de Lezo, medio hombre
que
al inglés avergonzó.
Hay
tantas, tantas figuras
dignas
de esta narración
que
nos van a faltar folios
para
su nominación.
Algunos
vienen a pares
en
una soberbia unión
como
Isabel y Fernando
de
Castilla y Aragón
que
con valor consiguieron
de
nuestra España la unión.
Y
Daoiz y Velarde
terror
de Napoleón
También
Carlos y Felipe
que
lograron con tesón
una
patria de excelencia
donde
no se ponía el sol.
Vitoria,
Vives, Mariana,
Balmes
y también Feijóo
representantes
excelsos
del
pensamiento español.
Teodosio,
también Adriano
y
Trajano ¡cómo no!
Cada
uno ilustremente
fué
de Roma emperador.
El
andalusí Averroes (1)
tan
eminente doctor
que
con su sabiduría
a
medio mundo asombró.
Velázquez,
Murillo, Goya,
el
Greco y también Miró
cada
cual pincel en mano
maravillas
nos dejó…
Y
cerremos por ahora
esta
sin par relación
de
personajes grandiosos
de
España, esta gran nación
que
quieren hacer pequeña
los
que hoy llevan el timón,
ignorantes
tan supinos
que
en su loca aberración
quieren
que nos olvidemos
de
lo grande y lo mejor
porque
en sus mentes enanas
no
cabe lo superior,
lo
grandioso y lo sublime
que
siempre nos distinguió,
y
que para estos “ilustres”
tan
enorme resultó
que
quieren llenarlo ahora
de
ignorancia al por mayor
que
va a ser la asignatura
principal
y superior
para
llenar de borregos
el
territorio español.
Y
tan grande es la ocurrencia
de
quitarnos lo mejor
que
exclamaremos a coro
“¡Dios
les dé mal galardón!”
Y
este romance merece
una
segunda edición.
FIN
(por ahora)
Francisco
Alonso-Graña del Valle
( 1 ).- Abū l-Walîd Muhammad ibn
Ahmad
ibn Muhammad ibn Rushd,
es
el nombre completo de Averroes
cuyo
uso literal haría muy
complicada
la rima.
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