Este desgobierno de impresentables es incapaz, entre otras muchas cosas, de reconocer sus errores y su inoperancia. Como ya saben, distintas entidades de gran autoridad y prestigio, publicaron no hace mucho unas previsiones para el presente año y para el que viene, que son para echarse a temblar. Como no podía ser de otra manera, a este citado desgobierno le importa un bledo, dos cominos y tres dídimos dichas desastrosas previsiones.
Según manifiesta el Banco de España, la economía no
crecerá más allá del 4 % para este año. Por otra parte, los costes
empresariales siguen a la deriva, amén de que el derrumbe de la facturación
sigue siendo radical, amén también de que la subida de los tipos de interés
empeorará la deuda pública y la privada para las empresas y familias.
Si a esto unimos lo que se lee en “El Economista” que
la marcha de la inflación va a impulsar un descuadre en los balances y
contabilidades de la Seguridad Social por un valor de unos 15.000 millones de
€, la que nos espera es de órdago ¿Se acuerdan cuando Nadia Calviño Santamaría,
ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España (¡casi
“ná”!), dijo en su día que el temor y la inquietud por el tema de la
inflación iba a ser un asunto transitorio?
En fin, ¿qué normas, fórmulas y recetas, etc, usa este
desgobierno para arreglar esta desastrosa situación en la que estamos inmersos?
Pues sencillamente ninguna. Con la demagogia y la verborrea ya tiene bastante.
Ya lo decía Pitágoras:
“No digas pocas cosas en muchas palabras,
sino muchas cosas en pocas palabras”
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