Según el Diccionario de la RAE, genocidio es “exterminio o eliminación de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad”.
Dicha palabra proviene de enlazar la raíz griega genos (estirpe, familia, tribu, etc), y el vocablo latino cidio (matar). De ahí homicidio, fratricidio, magnicidio, etc.
Generalmente, por no decir siempre, el genocidio lo suele practicar un gobierno
que tiene en su poder todo el aparato del Estado, estando considerado como un
delito internacional y que, como es obvio, puede ser llevado ante un tribunal.
También puede ser cometido por un individuo, como es el caso de ya sabemos
quién.
Dicho esto, ¿se ha juzgado alguna vez a algún Estado o sistema por genocidio,
aparte de los nazis hitlerianos? La respuesta es un no rotundo.
Con motivo de lo que se llamó la Guerra Fría, que empezaba relativamente poco
después de terminada la II Guerra Mundial, nadie tuvo los dídimos, empezando
por las mismas Naciones Unidas, de juzgar y condenar a la URSS que, como ya
está sobradamente demostrado, era un estado genocida. No vamos a recordar aquí
el “holodomor” ucraniano, o las fosas de Katyn polacas. (Ver nuestros
artículos “Holodomor”, de fecha 17 de enero de este año 2022, y el
comentario sobre el libro de César Vidal “Paracuellos-Katyn”,
insertado en este blog con fecha 7 de noviembre de 2.016).
Pero lo más curioso es que, posteriormente, tampoco se actuó contra China, y ya
en nuestros días, contra Corea del Norte, donde la población esclavizada se
muere de hambre, mientras el gobierno gasta millones y millones en armas y
ejército. Tampoco se actúa en determinadas naciones de África.
De la masacre perpetrada por el ejército rojo de la desaparecida URSS sobre la
ciudad alemana de Nemmersdorf en el año 1944, tampoco se dice nada.
Lo que sí se critica es el genocidio nazi que, curiosamente, algunos están
empeñados en decir que no existió. ¿Por qué no se critica y se juzga al
genocidio comunista?
Cuando la historia se distorsiona y se cuenta de forma parcial e interesada,
ocultando todo el terror y el horror, se llega por mor de una propaganda
machacona, al mito, que a su vez transmite subliminalmente el odio a los
“otros”, es decir, a EE.UU. y al “mundo capitalista”.
Y así llegamos a lo que llegamos: al tonto útil, que diría Lenin, que no ve más
allá de sus narices y disculpa todo el terror y el horror desencadenado por la
doctrina marxista-leninista, doctrina que consideran justa y entrañable. Los
crímenes y asesinatos de Lenin, de Stalin, de Mao, de Pol Pot, de Fidel Castro,
etc, etc.,no son tales crímenes. Sólo son los de Hitler y los de EE.UU.
Según " El libro negro del comunismo ", comentado en este
blog con fechas 7 y 8 de febrero de 2017, los genocidios, torturas, atrocidades
y hambrunas provocadas por los distintos regímenes comunistas en el mundo, se
aproximan a los cien millones de personas y además en tiempos de paz. Ahí van
unas cifras:
Unión Soviética................20.000.000
China.............................
65.000.000
Corea del Norte
................ 2.000.000
Camboya
......................... 2.000.000
Africa
.............................. 1.700.000
Afganistán.......................
1.500.000
Vietnam
.......................... 1.000.000
Europa del Este
................ 1.000.000
América Latina
.................... 150.000
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