No nos estamos refiriendo a la película del mismo título dirigida en 1949 por Lee Sholem, interpretada por Lex Barker y Brenca Joyce, en la que aparece, como en todas las películas de Tarzán, la mona Chita, no. Nos estamos refiriendo al nuevo Tarzán que tenemos ahora en el desgobierno que tal parece que, con la llegada de Yolanda Díaz, puede beber aguas de la fuente mágica para solucionar los grandes problemas que tenemos.
Y decimos esto porque como habrán visto, en su
comparecencia reciente el nuevo Tarzán mostró un triunfalismo fuera de lo
común, rayando en el ridículo, ya que lo que perseguía era ganarse el
beneplácito y aplausos del “pueblo soberano” mediante su verborrea llena de
populismo, de demagogia, de logomaquia y de descalificación de la oposición.
Dichos grandes problemas son, entro otros, y como ya
saben, el elevadísimo coste de todo lo habido y por haber; bajos y casi nulos
niveles de crecimiento y malestar y descontento social. Del precio de la luz y
de los carburantes ¡par qué vamos a hablar!
Como decía el Bobo Solemne allá por el año 2008,
“nos conviene que haya tensión” ¿Se acuerdan? Pues este nuevo Tarzán tal
parece que sigue este lema, ya que sus planteamientos están basados más en
dicha tensión que en acuerdos, convenios y pactos.
Nos tememos que la nueva fuente mágica no va a
solucionar nada de nada.
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