Vamos a ver algo sobre Abraham Lincoln, considerado como mejor presidente de EE.UU.
A bote pronto, lo primero que llama la
atención es que en las imágenes y fotografías, Abraham nunca aparece sonriendo,
dando lugar a pensar que era una persona seria. La verdad es que fue todo lo
contrario. Hizo de su humorismo un verdadero fuerte durante la desastrosa y
sangrienta guerra civil de su país. Incluso por la noche se levantaba y andaba
toda la Casa Blanca para ver si había alguien despierto para contarle un
chiste. Para muestra de su buen humor, un chiste que él mismo contaba. Decía
que había una vez dos mujeres muy religiosas que discutían sobre el final de
dicha guerra civil norteamericana. Una decía que creía que iba a ganar
Jefferson, a la sazón presidente sureño que se había rebelado, ya que era una
persona que oraba. La otra respondió que Abraham también lo hacía, a lo que la
primera contestó que, efectivamente, Lincoln oraba pero que Dios pensaba que lo
hacía en plan de guasa. Esta cualidad chistosa suya incluso le dio fama en su
vida laboral como abogado. El juez Davis así lo reconoció.
En cierta ocasión, un opositor político lo
tachó de personas de dos caras, a lo que Abraham contestó que, si efectivamente
tenía dos caras, no andaría con la que tiene.
Unos de sus grandes objetivos fue la lucha
contra la esclavitud. Murió vilmente asesinado a los 56 años de edad
(1809-1865) por John Wilkes Booth que, después de dispararle un tiro en la
cabeza, dijo: “Sic semper tyrannis”, frase latina que se puede traducir por
“Así siempre a los tiranos”
En la próxima entrega veremos algo sobre
Santos Dumont, que fue considerado en su día como el padre del vuelo.
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