Ver, leer, oír y no callar ( X L V I I I ).

 Hay que recuperar “la memoria democrática”, oiga.

De la mala gestión que en su día hizo el desgobierno del Bobo Solemne, casi nadie habla. Con gran reverencia, y con mucha falta inteligencia, lo único que hizo aquel nefasto desgobierno fue perseguir a los que se oponían, y se oponen, a su ideario que proclamaba, como ahora,  “gaymonios”, “mariconmonios”, “lesbiamonios”, paridad hombre-mujer por ley y decreto, ética y moral inventadas para satisfacer al “progretariado”, amén del consabido laicismo obligatorio.

 Dicho “progretariado” se jacta de no tener dioses, banderas ni religiones que les aten. Para muestra ahí estaban la Pajín, la Aído y el Zerolo, por nombrar algunos. En fin, ejemplares todos ellos a los que se les ponía, y se les pone, como ejemplo para que la juventud les imite.

 

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Cuando en una nación como la nuestra su Audiencia Nacional dice que pitar, chillar, berrear y patear cuando suena el Himno Nacional no es delito, aunque reconoce que no es  un “ejemplo ni de educación ni del mínimo civismo exigible”, es que esa nación va cuenta abajo y sin freno.

 

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Allá por el año 2009, los SIP (Sindicatos de Instituciones Penitenciarias), hicieron una denuncia sobre las cárceles del ínclito e inefable Rub-al-Kaaba, destacando el escandaloso derroche de dinero. Veamos lo que decía dicha denuncia:

"despilfarra  el dinero público en hierba artificial para los campos de fútbol, bicicletas de más 700 euros, televisiones de plasma con TDT, pistas de pádel, piscinas o gimnasios que para sí quisieran muchos colegios e institutos de España, salidas a restaurantes, SPAs, casas rurales, paintball, tirolinas, montar a caballo, descenso de barrancos, contratación de streaper y un sinfín de costosas actividades destinadas al entretenimiento y recreo a los internos".

 

¡Y todavía se reían!

Ahí queda eso para la posteridad.

 Continuará.