viernes, 18 de octubre de 2024

“Un coronel llamado Segismundo” ( I )


 

El título completo del libro es “Un coronel llamado Segismundo. Mentiras y misterios de la guerra de Stalin en España”,  autor Francisco Félix Montiel, Editorial Criterio-Libros 1998, 235 páginas incluido Índice onomástico.

Este libro lo hemos sacado a colación en varios artículos. Ahora lo vamos a comentar un poco más ampliamente.

Para empezar daremos cuatro pinceladas sobre su autor. Fue diputado a Cortes en febrero de 1936 por el PSOE y, una vez iniciada la Guerra Civil española, se afilió al Partido Comunista, encargándose del aparato propagandístico. Una vez en el exilio, rompió con el PCE y con Moscú, dedicándose al esclarecimiento y condena de la conspiración que llevaba a cabo en todo el mundo el imperio soviético. También es autor de “El tercer ejército de la URSS”, Ediciones Universal, Miami, Florida, 1988, 115 páginas, incluido índice, libro comentado en este blog con fechas 12 y 13 de mayo de este año.

En el Prólogo de Ángel Maestro, se lee en la página 8:

“Mas la obra de Francisco-Félix Montiel no representa tampoco la opinión del bando vencedor. No. Es una descripción de los hechos que condujeron al final de la guerra (y a la derrota) desde el interior del Par­tido Comunista. Por encima del Gobierno de Madrid y del propio Par­tido Comunista, que había logrado ser, con mucho, la fuerza dominante y poseedora de las fuerzas militares más poderosas y organizadas, exis­tía una fuerza muchísimo más potente. Por encima de lo que deseasen Azaña, Besteiro, Prieto, o el mismo Negrín, estaba la Internacional Comunista. Pero la Komintern, aparentemente la Meca del internaciona­lismo proletario, e inspiradora de los movimientos comunistas mundia­les, era un instrumento en manos del "pensador genial", "jefe amado", "faro y guía de la humanidad progresista", "padre de los pueblos", "coloso de acero", y un interminable e hiper-rastrero etcétera: el camarada Stalin”.

Y sigue en la 9:

“Los combatientes españoles del ejército rojo, sobre los que se han lanzado retahilas interminables de elogios en la pesada y monótona letanía marxista-leninista (tan pesada como las críticas y las descalificaciones al adversario de hoy, aunque fuese compañero de viaje), son abandonados sin que ellos tengan constancia de cómo les traiciona el aparato del Partido. El partido comunista elevado al concepto de algo superior, fuera del cual sólo cabe el error y la condenación, se convierte en una mera palabrería, útil para el "gran timonel", el "genio creador", el "maestro de la sabiduría", prepare ya su aproximación a Adolfo Hitler, la figura representativa del odiado fascismo”.

Continuará.



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