Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, demonizar es “atribuir a alguien o
algo cualidades o intenciones en extremo perversas o diabólicas”.
Dicho esto, y como sabrán, Pablo Bustinduy Amador,
ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, perteneciente a la
extrema izquierda “SUMAR”, acusó en su día a Israel de “violaciones de
derechos humanos”, pidiendo que se suprima el acuerdo del libre comercio
con esta nación.
Como hay que recuperar la “memoria democrática” de su
jefe, comentaremos que en el año 2.016 este sujeto criticó las sanciones de
Europa contra Rusia por haberse anexionado Crimea.
Un año después criticó los correctivos y las sanciones
europeas contra la dictadura de Cuba, que lleva 65 años violando los derechos
humanos del sufrido pueblo cubano.
En el año 2.018, este sujeto, en nombre de “Podemos”,
dijo que había que rechazar la intención
del PP por criticar las violaciones de los derechos humanos en la Venezuela del
inmaduro Maduro.
Viendo lo anterior, y otras muchas cosas más, el
cinismo de estos “internacionalistas” no tiene calificativo: acusan falazmente
a Israel por “violar los derechos humanos”, pero condenar la verdadera
violación de tales derechos en regímenes dictatoriales que todos conocemos,
caca de la vaca flaca.
Resumiendo: demonizar a una nación como Israel, que es
la única democracia que hay en Oriente Medio, y que lo único que hace es
defenderse de los terribles ataques terroristas que están ocasionando
verdaderas masacres, es lo que priva, oiga.
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