El título completo del libro es “Los pícaros Borbones. De Felipe V a Alfonso
XIII”, autor José María Solé, Editorial La Esfera de los Libros, S.L.,
2003, 346 páginas incluida Bibliografía.
Por esta obra desfilan varios sujetos “coronarios”
que, como se lee en la contraportada, “pícaros
en todos los sentidos, jugadores con ventaja que supieron disfrutar al máximo
de lo excepcional de sus orígenes . . .”
En el capítulo intitulado “Corona de espinas . . . sueño de muerte”,
página 33, nos cuenta el autor un poco
de la vida de Luis I, que fue el primer Borbón nacido en España (Madrid, 25 de
agosto de 1707), fallecido a los 17 años (31 de agosto de 1724) a consecuencia
de la viruela.
El 10 de enero del citado año 1724, fue
proclamado rey. Como puede verse su reinado fue efímero: 230 días. Lo curioso
del caso es que dos años antes de su “coronación”, cuando contaba 15 años, se
concertó su matrimonio con Luisa Isabela de Orleans, hija del Regente de
Francia. Tenía la chica dos años menos que él, es decir, 13. Pero esto no fue
óbice, ni valladar ni cortapisa para que se celebrase dicho matrimonio.
La chica había sido “educada” en el
Palacio de Versalles, comprobándose posteriormente que no le habían enseñado ni
había recibido la más elemental formación. Cuando se anunció su compromiso
matrimonial, “aquella niña salvaje no
había recibido sacramento alguno. Así, tuvo bautismo, primera comunión y
confirmación por la vía rápida y de una misma sentada” (Página 35).
El “enlace” se celebró en Lerma (Burgos)
el 22 de enero de 1722 y, “dada la edad
de los contrayentes, se mantuvo por el momento solamente como una unión
simbólica” (Página 36).
La muchacha era de conducta desordenada,
sucia, maloliente y borracha. Además provocaba a la gente de varias formas. El
pueblo la llamaba “La Gabacha” (I)
Ante esta conducta, “la gabacha” fue
encerrada “en las estancias destartaladas
e inhóspitas del viejo Alcázar . . . Con su mujer encerrada al otro extremo de
la capital, Luis y sus amigos celebraron su recuperada libertad con
alegres infantiles diversiones en los
jardines y melonares del Buen Retiro. Pero también – que una cosa no quita la
otra –con salidas nocturnas en busca de aventuras eróticas poco selectas en los
barrios bajos de la capital”
En fin, no seguimos porque nos entran
ganas de vomitar leyendo la vida de esta “raleaza”. Lo único decir que este
magnífico libro, cuenta el antagonismo entre la realidad de las vidas de dicha
“raleaza”, y la imagen que se ha querido difundir siempre . . . bueno, siempre,
no, porque ahora ya han aparecido unos cuantos libros en los que se ven dicha
realidad y otras cosas más.
(I).- Recordar que gabacho es una forma despectiva o de
desprecio de referirse a los franceses, o todo lo que provenga de aquel país.
Nota.-
Como ya hemos dicho varias veces, no entendemos muy bien cómo los autores de
estos libros, al referirse a esta gente, escriben Borbones, cuando tenía que
ser Borbón.
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