sábado, 29 de mayo de 2021

Vacuna individual y otras novedades lingüísticas


 Entre las perlas lingüísticas con que nos obsequian hoy día con verdadera profusión y entusiasmo, alborozados por haberse conocido, los doctores y doctoras que gracias al doctor máximo dirigen nuestros sufridos destinos, no he oído destacar una cuya autoría no recuerdo con seguridad pero que deduzco por el tema que podría haber sido emanada por la señora ministra de Sanidad y que escuché ya hace días: en ella, anunciaba gozosamente la próxima disposición y dispensación de la esperada vacuna individual (sic), en un nuevo escorzo o dribling a nuestro tan caprichosamente tratado Diccionario de la RAE más escuetamente conocido como DRAE.

Cuando escuché semejante, y por el tono, feliz noticia, en principio “me quedé varado como se quedan los barcos en la Curva de Pachico” en la ría de Avilés (1) y después pensé y al pensar casi sentí vergüenza por mi lamentable y culpable falta de información ya que en mi mente estaba el que todas las vacunas que se venían aplicando hasta el momento eran individuales y no colectivas como podría desprenderse por lógica deducción a partir del ministerial comunicado, resultando por tanto poco justificable la alegría que acompañaba a la noticia, al significar el hecho, un paso atrás. De ahí mi inmediata y dubitativa desazón.

Para librarme de la expresada pesadumbre, repasé en mi modesto intelecto las palabras junto con el texto y contexto que había escuchado por radio y por fin, tras no poco complicados razonamientos y deducciones, llegué a la conclusión de que en una nueva y brillante interpretación de nuestro riquísimo vocabulario, al decir vacuna individual, la eminente y emanante doctora se refería a vacuna monodosis o sea, descendiendo a nivel popular, vacuna de un pinchazo y no de dos para entendernos los alejados de la ilustre y culta casta dominante. Fue un descanso el haber descifrado la idea, y muy de agradecer que dicha casta haga trabajar nuestras neuronas a través del proceso interpretativo que se requiere para la correcta comprensión de su selecto lenguaje. Por contra, la deducción también me produjo un pesar, por haberme defraudado el constatar la evidencia de que no existe por el momento una vacuna colectiva que, sin duda añadiría un importante plus de rapidez a la campaña en marcha.

Poco duró mi satisfacción por haber logrado aclarar complicados conceptos lingüísticos de última moda porque ayer mismo, leo entre sorprendido y confuso lo que María Jesús Montero, ministra portavoz ha dicho al referirse al discutido caso de la entrada en España y a un hospital de Logroño de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario y presidente de la RASD. Pues bien, parece ser que la citada ministra portavoz ha manifestado que el también citado líder, no utilizó en el caso que nos ocupa una identidad falsa sino que solo utilizó una identidad distinta o sea que más o menos se convirtió en otra persona por extrañas y mágicas artes (esto lo añado yo para intentar aclarar un tanto el caso). Esta persona fue inscrita parece ser como Mohamed Bebantouche, “paciente desplazado”, “extranjero de nacionalidad desconocida” pero con pasaporte. Extraña explicación que convierte a Ghali en un nuevo Rocambole de camaleónica personalidad.

Bien está que cada uno “acerque el ascua a su sardina” y utilice los argumentos que estime necesarios para justificar unos hechos de difícil justificación pero lo que no está tan bien es que un día tras otro los miembros de la actual clase dirigente, crean que los demás ciudadanos somos tontos o que nos tomen por tales. El caso Ghali viene a añadirse a la colección de trampas, chapuzas y componendas que ya son carta de identidad de un gobierno elaborado como contraprestación de vergonzosos pactos. Por ello, y siguiendo con refranes: “así nos luce el pelo” y así nuestra credibilidad y prestigio tanto nacionales como internacionales, caminan desde mínimos hacia la nada. Ojalá tengan fruto cercano estos vientos de cambio que se aprecian. En este juego tiene hoy en su poder algunos ases Pablo Casado como teórico líder de la oposición, pero este hombre está empeñado en dar “la de arena” y es de temer que no sepa rematar el juego con acierto. Su proceder es el que respalda esta sospecha. De sabios es rectificar y que me perdone la intromisión.

( 1 ) Expresión que yo escuché de labios del propio Pachico, marino vasconavarro pariente mío que tenía su casa cimentada en la misma ría de Avilés, en el entorno de esa peligrosa curva en la que las embarcaciones, si había un descuido en la maniobra, podían quedarse varadas, embarrancadas o encalladas.

Francisco Alonso-Graña del Valle

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