Como ya saben, los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, usan todo tipo de insultos, agravios, ultrajes, mentiras, etc, contra los que no opinan como ellos. Esto está sobradamente demostrado. Recientemente se vio en las elecciones madrileñas.
Como recordarán, dichas elecciones fueron diseñadas
por dichos “internacionalistas” del PSOE, Más Madrid y Podemos como una lucha
entre “Fascismo o Democracia”, una de las monsergas de siempre, ya que votar a
Ayuso era votar al fascismo. De exponer y plantear soluciones para los grandes
problemas en los que estamos inmersos, caca de la vaca flaca.
Además de esto, y como recordarán también, el
socialista José Félix Tezanos Tortajada, presidente del Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS) desde 2018, calificó a los votantes del PP
de “tabernarios”. Seguramente empleó este calificativo porque tales
elecciones, aunque se hayan celebrado en la Comunidad de Madrid, es un buen
varapalo para la coalición PODEMOS-PSOE. También la comunista de “Más Madrid”
Mónica García Gómez, no se quedó corta en los insultos, ya que calificó de “indecente”
al gobierno de Ayuso.
Siguiendo con esta “sujeta”, y como sabrán también,
durante la campaña electoral madrileña se presentó como “médico y madre” ¿Se
imaginan la que se hubiese armado si en su día Ana Botella Serrano, esposa de
José María Aznar, alcaldesa de Madrid de 2011 a 2015, licenciada en Derecho, se
hubiera presentado como “madre y abogada”?
En fin, estos “internacionalistas” son incapaces de
analizar el gran fracaso que sufrieron. Su fanatismo y cerrilismo se lo
impiden. Prefieren el insulto, el agravio, el ultraje, la mentira, etc, ya que,
con la llegada de Ayuso, como decíamos anteriormente, vuelve el fascismo, la indecencia
y los tabernarios.
¡Ah!, aprovechando que el “Pisuegra” (un votante
socialista dixit) pasa por Valladolid, refiriéndonos a lo de “tabernarios”, ¿sabe
esta troupe lo que decía Manuel Azaña en sus “Diarios” sobre la política de la
gente de izquierdas durante la Segunda República? Pues ahí va:
“Política tabernaria, incompetente, de
amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta”.
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