Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, la palabra noquear tiene tres acepciones:
a).- En el boxeo, dejar al adversario fuera de
combate.
b).- Dejar sin sentido a alguien con un golpe.
c).- Derrotar, imponerse sobre alguien rápida o
notablemente.
Creemos que esta última acepción le viene como anillo
al dedo al doctor Sancheznstein y a su escudero El Coleta: quedaron noqueados,
o también desmayados, atontados y desasosegados, por los resultados de las
elecciones madrileñas.
El doctor lleva varios días sin saberse nada de él. No
quiere saber nada con la prensa a la que, sin embargo, recurría cuando el
estado de alarma y cuando el período electoral madrileño, que parecía que
talmente era él el candidato.
Esta incomparecencia ante la prensa es porque tiene
miedo a que le hagan alguna pregunta incómoda, a la que no pueda responder con
el populismo, la demagogia y la logomaquia que le caracterizan, aunque también
otra característica suya es la desconexión y alejamiento con lo que realmente
está pasando en España.
En cuando al escudero El Coleta, sigue en sus trece.
Es incapaz de reconocer sus errores, planteamientos y embustes. Su cerrilismo y
su fanatismo no tienen límites. Los “otros” son los que tienen la culpa de la
hecatombe, y contra estos “otros” es contra los que hay que lanzar las jaurías.
En fin, con estos dos sujetos hay que tener mucho
cuidado, porque aparentemente han desaparecido de la escena política, pero seguro
que se quedan entre bambalinas moviendo las marionetas.
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