domingo, 16 de mayo de 2021

La realidad española


 Como ya saben, y como hemos escrito varias veces, el monstruoso Lenin, cuando le decían que su doctrina no estaba de acuerdo con la realidad, dijo aquella boutade de “lo siento por la realidad”. La realidad demostró que estaba equivocado, aunque para tal demostración tuvieron que pasar setenta años que dejaron miseria, odio, horror y terror por los cuatro costados.

Dicho lo anterior, y como recordarán, el Bobo Solemne dejó a España con un pufo de casi un BILLÓN de euros, y el actual doctor Sancheznstein lleva el mismo camino, ya que el atraco, la extorsión, el daño, la explotación, el expolio, etc, a la gente trabajadora así lo atestiguan. Lo peor del asunto es que todo este dinero extraído de las correas de los trabajadores, se destina a los intereses propios del partido. Ahí tenemos el mayor gobierno, mejor desgobierno, de la historia de España.

Todo esto, y otras cosas, ya vienen de los primeros tiempos del “gonzalato” del PSOE de los años 80, en donde ya se empezó a hinchar la administración, y administraciones, además de asaltar y destrozar el sistema educativo, amén del “Montesquieu ha muerto” (Alfonso Guerra dixit en 1985).

En el tema del funcionariado, la cosa es esperpéntica: de los 800.000 funcionarios se ha llegado casi a los tres millones y pico, derivando esto en que los “mass-media” se convirtieron en un terrible instrumento de propaganda de lo “políticamente correcto”, con lo que la crítica, los análisis imparciales y ecuánimes, la rectitud, la honestidad, la verdad, etc, desaparecieron del mapa. De esto “el pueblo soberano” ni se entera, como tampoco se entera de que sus impuestos sirven para pagar todo este matorral de politicastros ineptos e inútiles.

Otra realidad es la gran burocracia y “nomenklarura” que tenemos encima, aunque, oiga, a lo mejor esto es “normalidad democrática” y, según dicen muchos, muchas y “muches”, tenemos un gran “contrato social”. Dentro de este “contrato social”, ¿hay presunción de inocencia y respeto a la propiedad privada que los “okupas” quieren derribar, aunque no digan ni pío del marquesado de Galapagar, ni del patrimonio de muchos, muchas y “muches” de la internacional de la mentira, del odio y del terror?

Y para que “el pueblo soberano” siga sin enterarse de todo este tinglado, y de otros muchos, se recurre al terreno de las emociones, de los insultos, de las mentiras, de las descalificaciones, de los agravios, de las injurias, de los ultrajes, de las ofensas, de los bulos, etc, etc. Para eso están las denuncias de elementos, elementas y “elementes”  fascistas, “fascistos” o “fascistes”, o el feminismo, o la ecología, etc.

En fin, y como se dice ahora, esto es lo que hay. Esperamos que para derribar esta “realidad” no tengan que pasar setenta años.



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