Así se intitula el libro de Fernando Díaz-Plaja, Editado por Plaza & Janés, S.A., Editores, 1970, 195 páginas, aunque al final del libro figuran los apartados “Índice” y “Obras de Fernando Díaz-Plaja”, que están sin numerar. Como decíamos en la anterior entrega, en esta última veremos el apartado intitulado “Notas soviéticas. Resumen y colofón”, páginas 189 a 195.
En la página 194, dentro de lo que el autor llama “Balance
de conjunto”, se lee:
“Un país técnicamente brillante en mil
aspectos y asombrosamente atrasado en otros mil.
Un país con una dictadura reblandecida por
los años y por la experiencia, pero que mantiene su rigidez en la policía
callejera y en cualquier portero que pone en la calle, violentamente, a quien
no obedece la primera intimidación de abandonar un local.
Un sistema social que se sitúa fuera de la
realidad humana cuando reduce al mínimo las posibilidades del individuo de
trabajar preferentemente para su familia, su hogar, su comodidad personal (y,
que está, insensiblemente, corrigiendo sus métodos).
Un pueblo algo confuso, oscilando entre la
seguridad de que lo suyo – Rusia, el sistema comunista, los astronautas – es
mejor, y una irresistible atracción hacia el cine, la música, la moda, la
libertad occidentales”.
En fin, razones y motivos, entre otros muchos, para
derrumbarse.
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