Vamos a dedicar varias entregas a ver los significados y definiciones de palabras que, aunque no vengan en el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, se usan corrientemente. También veremos palabras inglesas de uso común que, obviamente, no vienen en dicho Diccionario, aunque muchas sí se admitieron en su día, tales como chip, bit, golf, sándwich, etc. Sin embargo hay otras, como veremos en sucesivas entregas, que ni figuran ni se admiten.
Como ya sabrán, dichos “inmortales” (pedante calificativo copiado de Francia) tienen por misión «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza». De aquí nació el "Limpia, fija y da esplendor", aunque sobre este lema hay mucho que discutir.
Como recordarán, en su día estos “inmortales” admitieron en el diccionario la palabra “sociata”, pero no “comuniata”. También admitieron “tetamen”, pero no “bustamen”, así como tampoco admiten “historietero”, aunque exista la palabra historieta.
Por otra parte, y como recordarán, también admitieron en su día los citados “inmortales” el “matrimonio homosexual”, demostrando una ignorancia supina sobre la etimología latina de la palabra matrimonio. También admitieron las palabras acojonamiento y culamen como “acción y efecto de acojonar o acojonarse” la primera, y “culo, nalgas” la segunda.
Sobre acojonamiento diremos, como ya es sabido, que los prefijos “a”, “ab” o “in”, indican negación o carencia: anormal, que no es normal; incorrecto, que no es correcto, etc, etc. Por tanto, tal vocablo indica que no hay o no se tiene cojones, o dídimos, o testículos. Es decir, también se podrá decir “adididamiento”, o “atesticulamiento”, oiga ¿No tienen aquí nada que decir las feministas sobre esta palabra? ¿No quedan marginadas con esta expresión? Ya se sabe que ellas no tienen dídimos. Por tanto, y atendiendo al feminismo semántico, la RAE debería contemplar también el vocablo “aovaramiento”, es decir, que no hay ovarios.
Sobre la otra palabra, culamen, también se podrá decir “tabalariamen”, pues culo y tabalario significan lo mismo.
Como ya hemos dicho en más ocasiones, y vistas las definiciones anteriores, no sería de extrañar que cualquier día apareciesen las siguientes: brújula, viéjula montada en una escóbula; código, articulación del brácigo y lóbulo pérrulo que se come ovéjulas.
Ahora vamos a ver, como haremos en las próximas entregas, palabras que se usan corrientemente y que estos “inmortales” no admiten. A nosotros nos importa un bledo, dos cominos y tres dídimos que no estén registradas en la RAE: las seguiremos usando porque nos da la sensación de que ni fija, ni limpia, ni da esplendor.
Y empezamos por las palabras serendipia y enteógeno. La primera viene del inglés “serendipity” y significa que se ha encontrado, hallado o descubierto algo por pura casualidad. Sería algo así como suerte, chiripa, etc. La serendipia suele aparecer en varios campos, entre los que destacaríamos la ciencia y la literatura. En el campo científico, ya se sabe que se han descubierto muchas cosas por pura casualidad. En el literario está sobradamente demostrado que se escribieron, y se escriben, sobre asuntos que sólo están en la imaginación del autor, aunque posteriormente se compruebe que dichos asuntos existen verdaderamente.
En cuanto a la segunda palabra, enteógeno, no entendemos muy bien cómo estos “inmortales” no la han admitido. Decimos esto porque, sin embargo, sí se han admitido alucinógeno, psicoactivo y psicotrópico que, como ya se sabe, son alteraciones mentales. Pues bien, dicha palabra se refiere a la mezcla de sustancias vegetales que cuando se ingieren también provocan cambios mentales y de conciencia. Esta palabra ya comenzó a usarse en 1979, pero por lo que se ve estos “inmortales” ni se enteraron.
Continuará.
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