domingo, 2 de abril de 2017

Nosotros, es decir, los otros


Cuando un problema se plantea de forma equivocada, evidentemente la solución no es la correcta y, además, suele ser peligrosa.


La pandilla de gobernantes del "Bobo Solemne" que en su día tuvimos en España,  que bien pudieran llamárseles los de la desintegración de España, nos bombardearon en su día constantemente con aquello de “rehacer” o “recomponer sistemas y soportes” y demás frases rimbombantes, como si España fuese un objeto material y destartalado al que hay que arreglar. 

Evidentemente, aquellos gobernantes tuvieron la fuerza de la representación, pero fue una representación residual cuyo interés no era precisamente el preservar y seguir manteniendo la unidad de la España. Además no se daban cuenta que una nación es mucho más que la suma de las personas que la componen, o si se quiere, la suma de los votos que se obtienen.

Nos hablaban, y nos hablan, constantemente de democracia, pero la inhabilitan con sus proclamas: tienen unos “agentes” que hacen lo que la teoría dice, con lo que la teoría dice lo que sus “agentes” hacen. El error no se contempla. Está todo calculado y si hay algún error, la culpa es de “los otros”. Esto es lo que llaman política social.

Lo que tenemos que hacer nosotros, es decir, “los otros”, es manifestarnos con propuestas múltiples que trasciendan por un ideal común y convergente. Tenemos un gran medio en nuestras manos: Internet. Aquellos nuevos amos de España, se lo permitían todo. Pero había que tener en cuenta una cosa: las nuevas tecnologías de la información pueden ser un antídoto si lo sabemos explotar, porque no olvidemos que la red de redes, en el fondo, es una poderosísima herramienta para poner en contacto a millones de personas que, a través de organizaciones, movimientos, foros, etc, se movilizan, se ponen de acuerdo, e incluso, alertan.

Aquellos  “nuevos amos”, con su fuerza, es decir, con la degeneración y la reforma arbitraria y autoritaria de leyes, no tenía, ni tienen, conciencia. Pero para eso estamos nosotros, es decir, “los otros”, para demostrarles que la tenemos y que además somos “de buena voluntad”

Por otra parte, las marionetas que tenían, y tienen, instaladas en las distintas autonomías, seguían, y siguen, al pie de la letra el manual del agit-prop. No comprendían, ni comprenden,  nada de lo que sucede. Lo único que les preocupaba, y les preocupa,  son los “sacrificios” que están dispuestos a hacer para la pedurabilidad de su estatus, modus vivendi, posición, etc. En una palabra: lo único que les preocupaba, y les preocupa,  es la durabilidad de su gobierno a costa de lo que sea. Lo primero es el beneficio personal. El mejorar el bienestar de sus compatriotas les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos.

Y para terminar, decirles a estos amos de la desintegración de España, que si siguen en su negativa de llegar al fondo de los auténticos problemas que crearon, y que están creando, el sembrar vientos no les traerá más que recoger tempestades.


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