La pena de muerte, EEUU y la tendencia mundial

Para los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, EEUU está a la cabeza de las ejecuciones. Los miles de condenados a muerte en China, así como los ejecutados en Irán, Arabia Saudí, Corea del Norte, Cuba, etc, no cuentan. Este despiste no es de extrañar, ya que de lo que se trata es de desprestigiar a USA en cualquier terreno.

Se olvida, por ejemplo, que durante los años 2001 y 2002 en China se dictaron 6.000 sentencias de muerte y se ejecutaron a 3.500 personas, que se sepa. China tiene establecida la pena de muerte de forma arbitraria para muchos delitos, incluidos los no violentos y los económicos. Los que más se castigan son los de injerencia política y la delincuencia.

Amnistía Internacional, en un informe de 27 de noviembre de 2.001, decía:

“Entre abril y junio de este año se han registrado al menos 2.960 condenas a muerte y 1781 ejecuciones en China. Estas cifras, que no son completas, muestran que en esos tres meses fueron ejecutadas en China más personas que en el resto del mundo en los tres últimos años. Desde 1990 a finales de 1999 Amnistía Internacional registró al menos 27.599 condenas a muerte en China y más de 18.194 ejecuciones, lo que supone una media de más de 1.800 ejecuciones confirmadas al año”.

Lo que no se puede comparar son los sistemas jurídicos de regímenes totalitarios y tiránicos, con los de los países democráticos y libres, en los que hay separación de poderes. En EEUU la pena de muerte está respaldada por millones de votantes que están de acuerdo en que se aplique sólo y exclusivamente por delitos comunes: nunca por delitos de opinión. En USA, el presidente no dicta las sentencias. Para tal menester están los jurados, fiscales y jueces

Dichos "internacionalistas" (a los que no se les oye reprochar a Fidel Castro por sus  sus ejecuciones, o por las ejecuciones de cristianos por el Islam), hablan de que hay una tendencia mundial hacia la abolición de la pena de muerte. Es curioso que hablen de esta tendencia y la respeten porque conviene a sus intereses y opiniones. Sin embargo, cuando la tendencia mundial se decanta, por ejemplo, por el libre comercio, demostrando que éste beneficia a toda la sociedad, estos internacionalistas saltan como resortes diciendo que esta tendencia es injusta, antidemocrática, fascista, reaccionaria, etc.

En fin, lo de siempre.