Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, el laicismo es “doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa”. Si esto fuese así, no habría nada que objetar.
En la realidad, sin embargo, el asunto es completamente distinto. En el mundo islámico esto es impensable ¿Y en el mundo cristiano? Hagamos un poco de historia y obtendremos la respuesta.
Probablemente haya sido en Francia donde el laicismo derivó en un espíritu antirreligioso y más concretamente anticristiano. Ya Voltaire incitaba a los franceses a “atropellar a la infame”, siendo la “infame” la iglesia cristiana: "écraser l’infâme". Esta consigna volteriana trajo, entre otras consecuencias, una persecución brutal del clero, la supresión de calendario cristiano que, obviamente, trajo asimismo la abolición de domingos y fiestas religiosas. Si a esto unimos el culto a la diosa Razón, tendremos un panorama total, absoluto y radicalmente anticristiano.
Este anticlericalismo e irreligiosidad, se extendieron posteriormente a España entre 1868 y 1879 y a varias naciones de Hispanoamérica, especialmente en Méjico (No hace mucho tiempo hemos visto la película “For Greater Glory” (Cristiada) sobre la persecución en este país a comienzos del siglo XX, concretamente en el año 1926. De terror).
Después, con el judío Marx, la tarea quedó terminada porque el ateísmo entró en el campo de la política para intentar socavar y anular el legado cristiano de siglos, con el objeto de llevar a cabo los fines y objetivos del marxismo. Se suprime todo lo que huela a religión para ser sustituido por una ideología totalmente artificial, que ya sabemos cómo terminó
Nos gustaría ver cualquier ley, incluso cualquier norma o reglamento, que esté exenta de cristianismo. Y si se es consecuente y sincero, todas las legislaciones, en temas importantes, están basadas en el cristianismo.
Como decíamos al principio, vemos que el laicismo que impera hoy día nada tiene que ver con lo que dice la RAE, ya que no es la independencia entre el Estado y la religión, sino la persecución brutal que ejerce aquél sobre ésta. Claro que esta persecución tiene mucho de cobardía: saben que el cristianismo pone la otra mejilla, pero contra el Islam no la ejercerían jamás porque serían automáticamente ahorcados, degollado o lapidados.
En fin, a pesar de todo lo visto anteriormente, seguirán los currinches del “laicismo” erre que erre. Si se llegase a respetar eso de “la alianza de civilizaciones” de “Zapatiesta”, ¡qué mal lo iban a pasar!
¡Ah! A ver cuando las feministas y “feministos” hacen una manifestación para que las mujeres no vayan como se ven en la fotografía.
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