domingo, 23 de abril de 2017

A los inmortales de la RAE. Prosopagnosia y enantimorfo



Vamos a dedicar varias entregas a ver los significados y definiciones de palabras que, aunque no vengan en el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, se usan corrientemente. También veremos palabras inglesas de uso común que, obviamente, no vienen en dicho Diccionario, aunque muchas  sí se admitieron en su día, tales como chip, bit, golf, sándwich, etc. Sin embargo hay otras, como veremos en sucesivas entregas, que ni figuran ni se admiten.

Como ya sabrán, dichos “inmortales” (pedante calificativo copiado de Francia) tienen por misión «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza». De aquí nació el "Limpia, fija y da esplendor", aunque sobre este lema hay mucho que discutir. Hoy veremos las palabras prosopagnosia y enantimorfo que, como ya sabrán no vienen el diccionario de los “inmortales”.

Prosopagnosia es una palabra de origen griego: πρόσωπον: aspecto, y  ἀγνωσία: desconocimiento. Esta palabra fue definida en 1.947 por el médico Joachim Bodamer como: “interrupción selectiva de la percepción de rostros, tanto del propio como del de los demás, los que pueden ser vistos pero no reconocidos como los que son propios de determinada persona”. Es decir, enfermedad del cerebro que impide reconocer las caras de las personas, ya sean familiares, amigos, etc. Tal concepto es de uso común en medicina y en psicología.

En cuanto a enantimorfo diremos que su significado es algo que está formado por partes dispuestas y situadas en orden inversos, es decir, sería como una imagen reflejada en el espejo. Este vocablo fue acuñado en 1856 por Karl Friedrich Naumann (1797-1873), geólogo y mineralogista alemán.

D. Gustavo Bueno Martínez, filósofo sobradamente conocido, emplea esta palabra en la página 95  de  su obra “El mito de la izquierda. Las izquierdas y la derecha”, Ediciones B, S.A., 2003, 324 páginas incluido índice (Este libro lo hemos comentado en este blog con fecha 21 de marzo de este año):

“Otra cosa es que los cuerpos no dotados de simetría bilateral, que llamamos enantimorfos, sean incongruentes (es decir, no superponibles").

 Pero, claro, como hemos visto en el artículo anterior, los “inmortales” prefieren admitir culamen, sociata, pepero, etc. ¡Demencial, querido Watson! (Permítasenos parafrasear a Arthur Conan Doyle sustituyendo "elemental" por "demencial").

Continuará.







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