Otro asunto que llama la atención, es el silencio feminista frente al trato que recibe la mujer en el Islam. La tradición sexista coránica hace que la mujer no tenga derecho al mercado del trabajo y que sea visto con recelo su formación cultural e intelectual. Tampoco es igual ante la ley: en Arabia Saudí se la prohíbe conducir. Se la obliga a tapar su cuerpo de las miradas de los hombres y a ser sumisas al varón. Se les dice que se abstengan de ser infieles a sus maridos, y que no sean examinadas por médicos varones, porque si no la ley de la fraternidad y de la hermandad se encargará de lanzar sobre ellas una maldición pétrea, que normalmente termina en muerte. También la mujer es considerada inferior al hombre. Lo dice El Corán 2:228, 4:11, 4:34. También en 4:38 se lee: “Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles”.
Todo esto no está permitido en nuestro Código Penal y en nuestra Constitución. El artículo 14 de la misma protege el derecho a la dignidad, a la integridad física y moral y a la igualdad. En nombre del multiculturalismo, ¿debemos adaptar el citado Código y la Constitución al Corán? En fin, más violencia psíquica y física no se puede pedir.
Visto
lo anterior, ¿por qué estas feministas tan rigurosas con el oscurantismo
religioso de Occidente en su día, no se escandalizan hoy ante tales
barbaridades y humillaciones? ¿Por qué se callan ante tanto abuso y dolor? ¿Por
qué protestaron en su momento cuando las mujeres católicas llevaban el velo en
el interior de las iglesias y ahora no protestan porque llevan el burka las
musulmanas a todas partes?. . . . En fin, no nos engañemos: los derechos
humanos de nuestra cultura chocan frontalmente con los mandatos de Mahoma.
Sobre
el tema de la violencia en el Islam, hay muchos intelectuales asalariados de lo
políticamente correcto que lo único que hacen es envenenar a la ciudadanía,
alentando el odio, el rencor y la violencia contra Occidente amparándose en
nuestra ceguera. Cuando dicen que se adopta una postura racista y
discriminatoria contra las costumbres y modos islámicos, no saben o no quieren
saber que, en Argelia, en Sudán, en Nigeria, etc, sí que hay verdadera
discriminación cultural que, normalmente, suele ser mortal para los
discriminados.
El filósofo marxista G. Marramao, refiriéndose a la
violencia y a la agresividad de los musulmanes, dijo: “No olvidemos que la ferocidad del Islam ha nacido como reacción a las
Cruzadas”. Mayor burrada no se puede decir ¿Acaso no sabe este individuo
que la expansión territorial del Islam tuvo lugar en los años 632-634 y que en
el 642 ya había conquistado Siria, Palestina, Persia y Egipto? ¿Tampoco sabe
que en el 711 Tarik desembarcaba en Gibraltar, comenzando la invasión musulmana
de la Península Ibérica, y que la primera Cruzada tuvo lugar casi 400 años
después, concretamente en el 1.095? ¿Acaso los cristianos no estaban en su
derecho de recuperar Jerusalén y demás Santos Lugares que habían caído en manos
de los sarracenos? ¿No quieren los musulmanes recuperar Ceuta, Melilla y
Al-Andalus? ¿Tampoco sabe este señor que en el año 846 los musulmanes saquearon
las iglesias romanas, entre ellas la basílica de San Pedro, haciendo verdaderas
masacres? ¿También ignora este hombre la destrucción, saqueo e incendio en el
año 883 por parte de los sarracenos, de la abadía de Monte Casino, fundada por
San Benito, siendo tal la destrucción que se tardó nada menos que 70 años en
reconstruirlo? ¿Acaso este intelectual no ha leído el Corán? Como los
conocimientos de filosofía de esta persona sean como los que tiene de historia,
nos imaginamos los eructos mentales que pueden salir de su cabeza.
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