Seguimos comentando a Sor Yolanda algo sobre su ideología, y sobre lo que
dijeron algunos personajes del sistema comunista.
El comunismo empleaba, y
emplea, grandes calificativos para resaltar, con gran despliegue de propaganda,
sus magnificencias. Así se hablaba del provenir “radiante” de la humanidad, el “esplendor”,
las “grandes realizaciones”, etc,
etc.
No menos curioso fue el caso
del “Gran Salto hacia delante”
maoista. Una frase propagandística y rimbombante que había adoptado Mao Tse
Tung para criticar el comunismo un tanto contemporizador de Kruschev, según se
decía. Mao, un gran criminal, pretendía un endurecimiento de tipo político e
ideológico, a pesar de que sus procedimientos eran relativamente más suaves si se los comparaba con los
realizados por otro gran criminal, Stalin, en la URSS durante la década
1930-40. Sin embargo, tales procedimientos llegaron a ser pavorosos a partir de
1.958.
En política interior, por
ejemplo, la revolución que proclamaba Mao debería ir acompañada, como en todo
sistema comunista, de una estrechísima vigilancia de la población, acompañada,
asimismo, de una represión brutal contra todo disidente.
Las luchas en el seno del
partido fueron terribles. Mientras unos eran partidarios de un aumento del
nivel de vida de la población a base de inversiones, otros, los “duros”,
terminaron triunfando por mor a su fe revolucionaria.
Esta fe revolucionaria
también se pondrá de manifiesto en política exterior: “liberación” violenta de
los pueblos, lucha de clases sin ningún tipo de “paz, piedad y perdón”, etc.
Lo que no pudieron soportar
los comunistas chinos fue lo que se llamó “la
coexistencia pacífica”, auspiciada por Kruschev en sus encuentros con
Eisenhower. Cuando los marines norteamericanos desembarcaron en el Líbano, sin
ningún tipo de crítica por parte de la
URSS de Kruschev, la fanática China respondió con un ataque a
las islas Quemoy, situadas frente a Formosa.
En 1.957 hubo una reunión en
Moscú que se llamó Conferencia de los Partidos Comunistas, en la que se había
elaborado una Declaración sobre las normas, tareas, métodos, etc., del
comunismo internacional. Los dos grandes rivales, chinos y soviéticos,
pretendieron ser los triunfadores de la citada reunión. La verdad fue que los
puntos de vista eran muy dispares, y hasta cierto punto, opuestos.
Continuará.
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