Vamos a dedicar unos
artículos a la comunista Yolanda Díaz (“Sor Yolanda”), para recordarle varios
aspectos de su ideología, que suponemos conocerá, pero de los que nunca dice ni
pío. Vamos a empezar por la revolución bolchevique de 1917, que trajo odio,
crímenes, asesinatos, mentiras, etc, etc.
A pesar de que el comunismo
se derrumbó, aún quedan por ahí fanáticos, fanáticas y “fanatiques” que siguen
añorándolo, escribiendo artículos tales como por ejemplo“Ser comunista hoy”, como si el comunista de hoy se diferenciase
del de ayer.
Todos los comunistas
coinciden, a pesar de la implosión de la URSS, de que el mundo va transitando del
capitalismo al socialismo. La verdad es que nada tienen que ver lo uno con lo
otro, es decir, comunismo con socialismo. Pero cuando les interesa, cambian el
término. Esta opinión sobre el tal tránsito no es fruto de un análisis, sino del
totalitarismo que impone seguir los fundamentos del marxismo-leninismo.
Estos fósiles y disecados
fundamentos, están basados en que Lenin, según dicen los “analistas”, había
completado y terminado el “análisis” iniciado por Marx, diciendo que esta época
era la del imperialismo, el cual es el último estadio del capitalismo.
La lucha contra este
imperialismo tenía que dar el fruto de su derrumbamiento y dar paso a la
sociedad socialista ¡Menuda previsión y menudo diagnóstico! Lo que ocurrió fue
exactamente todo lo contrario.
Pero siguen en sus trece
abrazando la doctrina del judío Marx. Según éste, la historia se mueve o avanza
a través de contradicciones, las cuales se ponen de manifiesto en cada momento
histórico. Y se remacha el asunto diciendo que mientras no se llegue a la
sociedad comunista del “futuro”, tales contradicciones seguirán y se
mantendrán, viniendo expresada por la lucha de clases.
En un escrito fechado el 14
de junio de 1.963, el Comité Central del Partido Comunista Chino, de acuerdo con
su homónimo de la URSS,
decía:
“El punto de convergencia de las contradicciones del
mundo, . . .no es fijo, sino que se desplaza en función de las fluctuaciones de
la lucha a escala internacional y de coyuntura revolucionaria. Estamos seguros
de que . . .llegará el día en que . . . Europa occidental y América del Norte
se convertirán en el punto de convergencia de la lucha política mundial . . .”.
Lo de siempre: se prevé,
“llegará el día”, sucederá, etc. Es la eterna esperanza del comunismo, con sus
promesas perennemente incumplidas y aplazadas, aunque el “Sumar”, que en
realidad es restar, multiplicar y dividir, parece que no recuerda esto. “Sumar”
¿qué? Pues problemas ¿Y restar? Pues libertades ¿Multiplicar? Pues luchas y
enfrentamientos ¿Dividir? Pues a los españoles, españolas y “españolos”
Continuará.
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