Si eres un perceptor monocular de la realidad porque deduces lo que te dicen que tienes que deducir;si te refugias o escondes en ideologías que impiden ver la realidad e intercambiar ideas; si tu meta no es la honradez intelectual; si crees en el pensamiento único y también crees en el dogma de las certezas; si te consideras poseedor de la “hybris intelectualista” y crees asimismo que tienes una visión privilegiada sobre el mundo, si todo esto eres y crees, no entres en este blog.
miércoles, 19 de abril de 2023
La verdadera Historia, no la “memocrática” ( I X )
Y seguimos con la influencia
soviética sobre la II República española que, como ya hemos dicho varias veces,
se sigue omitiendo por los “historieteros” de ahora.
En el libro “Sinfonía en rojo mayor”, autor José Landowsky, médico
de la NKVD soviética, Editorial NOS, Madrid 1950, 591 páginas, ya comentado en
este blog con fecha 19 de febrero de 2.018, se puede ver una vez más la tantas
veces negada influencia soviética sobre la república española.
Así, en la página 432 figura el Capítulo XXXV intitulado “A España”.
Entre otras cosas, el miembro de la NKVD que acompaña al médico a nuestra
patria dice, refiriéndose a la Guerra Civil Española:
“Esta pequeña guerra, guerra y revolución a la vez, ha sido un ‘salto
de caballo’ de Stalin en el tablero de ajedrez europeo. Sepa, doctor, que ha
sido provocada por nosotros”.
Luego continúa el ejemplar de la NKVD:
“Aquí en España, vio Stalin, con una visión que lo acredita como el
mayor genio de la Era, la solución de su doble problema, el interior y el
exterior. Para lograr la doble solución bastaba con provocar esta guerra
civil”.
Y luego sigue:
“El jefe político español del partido más importante del Frente Popular,
pronto primer ministro, declaró la guerra a Italia y a Alemania desde Londres.
Esta declaración se tomaría aquel día como una quijotada. No lo era, aunque
también lo creyera el mismo que hizo la declaración. Fue inspirada por dos de
nuestros insertados en su partido e íntimos del ‘leader’ socialista, a
quien halagaban llamándole el ‘el Lenin español’, aunque sólo era un imbécil
masón, con un cerebro relleno de cemento, residuos de su antigua profesión.
Hecha esta declaración de guerra a las naciones fascistas, a los tres o cuatro
días hicimos la provocación”.
“¿ Y cómo?”, preguntó Landowsky
“Una célula nuestra de la policía militar entró en la casa donde vivía
el jefe de la oposición y se lo llevó; a la mañana siguiente lo hallaron con un
tiro en la nuca de lo más clásico”.
En fin, lo de siempre: libro recomendado para los historieteros de lo
políticamente correcto, y para otros de menor talla que escriben en
“periodiquinos independientes”.
¿Qué dicen a todo esto Sor Yolanda y su “Sanchidad”?
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