Hay que “recuperar la memoria histórica”, oiga. Vamos a ello.
El 6 de octubre de 1.934 comienza el cañoneo de Oviedo
desde el monte Naranco. Los sitiadores alternan el combate con pillajes y atentados.
El 11 de octubre se reunió el Comité Revolucionario Provincial, representativo
de la República Socialista Soviética que se
había proclamado en los primeros días. El jefe anarquista, José María Martínez,
defendió el abandono ante el ejército que avanzaba. Los comunistas, partidarios
de seguir la rebelión por encima de todo, clamaron por el “triunfo del
ejército popular” y asesinaron a Martínez.
El periódico comunista Mundo Obrero, decía el 17 de agosto de ese mismo año:
“Tenemos nuestra salida, nuestra solución:
camino ruso por el poder soviético”
Que no nos cuenten milongas: la revolución estaba en
manos de los comunistas, y no en manos de los republicanos, como nos cuentan
ahora los “historieteros” paniaguados, a los que recomendamos que lean lo que
dijo en su día el hispanista inglés Ian Gibson, nacionalizado español en 1984,
en unas declaraciones aparecidas en el diario “El País” el 22 de setiembre de
2005:
“Las heridas de la Guerra Civil sólo se curarán definitivamente cuando
ambos bandos acepten la verdad de lo que pasó en sus respectivas retaguardias
durante la contienda fratricida".
¿Y qué está haciendo actualmente el desgobierno de su “Sanchidad”? Pues lo
mismo que hizo en su día el desgobierno del Bobo Solemne: no hacer ni puñetero
caso de los que dijo Gibson, con lo que está derrumbando la posibilidad de
avenencia, convivencia y concordia entre los españoles. Los que verdaderamente queremos
el respeto, el orden y la libertad, debemos denunciar y censurar esta carrera
de locos.
Nota.- En imagen parte del barrio de San Lázaro (Oviedo), en aquellos
tiempos.
Continuará.
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