La enseñanza en España

 Hay que “recuperar la memoria histórica”. Vamos a ello.

Uno de los muchos y graves problemas que tiene España, es el de la enseñanza, no solamente porque figuramos en los últimos lugares en Europa, sino porque al “pueblo soberano” este asunto le importa un bledo, dos cominos y tres dídimos. La despreocupación política y social es enorme. Es más importante el opio del pueblo, es decir, el “fúrbo” y la telebasura con esa pléyade de “famosos” y presentadores muy ad-hoc con los tiempos que vivimos, que el tema de la enseñanza.

 Como recordarán, aunque esto no es ni público ni notorio, la OCDE instó en su día al gobierno español, si es que se puede decir que sea gobierno y español, a que tomase medidas urgentes para evitar el fracaso escolar y universitario.

 No hace mucho se publicó un ranking sobre universidades en el que  están relacionados, junto con EEUU y Australia, los quince países más ricos de Europa, y España figuraba, como no podía ser de otra manera, en la última posición ¡Casi “na”!

 Se anunció en su día que el gobierno iba a “invertir” unos cuantos millones de euros para paliar y combatir el fracaso escolar. Con esta “inversión” no se arregló nada porque si el rendimiento escolar, con aprobados de hasta un 95%, no se mejoraba, así como la excelencia y el respeto a profesores y enseñantes, pues eso, fue dinero tirado.

 Otra “medida” que se tomó en su día, por ejemplo Chávez en Andalucía, fue la de motivar e incentivar crematísticamente a los profesores para que así se obtuviesen mejores resultados. El desastre fue total: los enseñantes bajaron el listón de la exigencia, a la par que se calificaba a los alumnos muy generosamente.

 Por otra parte, lo que hay que hacer es enseñar y no adoctrinar. Tal parece que hay un sanedrín de moralistas que se dedican a violentar las normas morales de los ciudadanos para imponer una “ética” y unos “valores” que se adapten a la “democracia”.

 En fin, lo que hay que hacer es aplicar más Trivium y más Quadrivium, sobre todo más Trivium.